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(...)

— Quakcity, porfavor, necesitó que me digas que sucedió.. — El castaño vuelve a pedir en una voz tranquila, suave y comprensiva, al mismo tiempo que se quedó mirándolo por unos segundos, pero al no obtener respuesta ajena sólamente atinó a suspirar cansado y derrotado.

—Esta bien, hablaremos de esto en otro momento, ahora ven aquí..— Luzu abraza a el de gorro, el cual aún en su estado nervioso, termina aceptando el abrazó, sollozando de vez en cuándo por el dolor punzante en todo su cuerpo.

— Tranquilo, yo estoy aquí.. — Luzu se aleja un poco del menor, dando de vez en cuando besos pequeños en las lágrimas del contrarió, mientras acunaba su rostro para calmar al contrario.

Quackity río un poco por las cosquillas en sus mejillas, mientras se secaba las lágrimas sobrantes, le dió un leve empujón para alejarse un poco más, porque la cercanía que estaban manteniendo le parecía un poco rara y tampoco podía ver el rostro del ajeno.

Al mirarse los dos cara a cara, Luzu quedó bastante embobado mirando al chico en frente suyo, a pesar de los cortes que el azabache tenía, seguía viéndose hermoso y delicado, río a sus adentros, esa era una imágen que le gustaría guardar en su memoria para siempre.

En cambió Quackity, el se encontraba nervioso e impaciente, hacé tiempo qué el y Luzu eran amigos y eso era algo que le disgustaba un poco al de gorro, su sonrisa le gustaba demasiado y mucho más su risa, la cuál el quería ser el único y el causante de aquella, ¿Acaso sabía que eso lo hacía un egoísta? Claro, pero no le importaba.

Quackity ya sin poder resistirse, corto la corta cercanía qué mantenían, juntando sus labios con los del contrarió en un beso dulce, tierno e inocente.

Luzu suelta un gemido sorprendido entre los labios del menor, recalcula por unos segundos la situación y logra comprender lo que estaba sucediendo y sintiendo, sonriendo aun más, sostiene las caderas del menor y lo apega mas a el, hundiéndose ambos en un beso apasionado pero tierno a la vez. Ambos dejándose llevar por sus sentimientos.

Duraron vários minutos así, hasta que Quackity decide cortar el besó por la falta de aire, permitiéndose respirar aun bajo la mirada del más alto.

— Te amó, Quackity, porfavor permíteme cuidarte y protegerte, sería un honor muy bello pará mí.. — Menciona el castaño, mirando con un cariño inmenso al chico que se encontraba en frente suya, permitiendo dejar salir sus pensamientos en forma de palabras recargadas de amor y dulzura.

— Te permito aquél deseó, con tal de no herir mi confianza y dejarme amarte tal como tu lo haces.. — Quackity susurra tímido, no solía decir palabras tan cursis, pero este era un momento tan hermoso que se dejaba llevar y eso le gustaba en cierto punto.

Nunca te lastimaria.. me cortaría la mano antes de ponerte un dedo encima.

Y así, al intercambiar palabras, vuelven a unirse en un beso de forma gustosa, demostrando todo el amor que tenían retenido en lo más profundo de sus corazones. La luna esa noche había sido víctima de aquél inmenso cariño que ambos se demostraron aquel día.

Y la misma luna será víctima de como ésos dos corazones rompían con su promesa de amarse para siempre...

El último suspiró / LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora