Watercolor eyes

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¿Por qué siempre haces eso?
Terminas conmigo y luego intentas hacer las paces
Sólo para hacerme enojar
Creo que sabes a cristales de azúcar,
Eres dulce como las playas,
Me dejas cubierta de arena,
¿Por qué me dejas con ojos de acuarela?

Ivan era un streamer en ascenso cuando llegó a Buenos Aires, siempre había sido algo retraído, algo tímido y del tipo ansioso, no era de hacerse amigos fácilmente a diferencia de Rodrigo, que a pesar de llevar poco tiempo en la cuidad, caminaba a través de ella como si la conociera como a la palma de su mano y desbordaba de cariño y amistades. Al principio pensó que se le iba a dificultar llevarse bien con él, pero la primera vez que hablaron de verdad, no podía dejar de mirarlo a los ojos, esos verdes intensos produciendole una sensación de paz y seguridad. Rápidamente se aferró a esta sensación, encariñandose de a poco con las risas por las noches, su sonrisa y bostezos por las mañanas, sus abrazos diarios y bromas cotidianas.
Había algo en Rodri que lo tenía catuviado, que lo hacia sentirse motivado y con ganas de crecer, pero también asustado y vulnerable. Nadie sabía que él estaba perdidamente enamorado del petiso, por esa razón quizás el nombrado tampoco tenía en cuenta el efecto que causaba en el peli negro cada vez que le decía lo lindo que era, o que quería besarlo o incluso cuando se acercaba de más. No era consciente de como latía su corazón y como su respiración se agitaba, o tal vez si lo era y por eso una noche de lluvia lo miró a los ojos y lo besó, quizás si sabía y por eso le pidió que fuera su novio y lo trato como nunca lo habían tratado, lo besó y lo toco como nadie lo había tocado.

El amor joven no dura por siempre,
Los caballos salvajes no pueden mantenernos juntos,
¿Y qué importa si sabes como el cielo?
Eso no lo hace correcto.

Pero a pesar de que todo parecía perfecto o salido de un cuento de hadas, Rodrigo lo mantenía en secreto, solía alardear de la cantidad de mujeres con las que se acostaba, solía enojarse con el cuando Ivan lo imitaba, solía tener cambios de humor raros que pasaban de amarlo con locura a tratarlo con desprecio y lo peor de todo, es que siempre se victimizaba, como si la culpa la tuviera Ivan. No era consciente de las noches enteras en las que el peli negro lloraba, no era consciente de lo mucho que este lo amaba y de que perdonaría cualquier cosa, o quizás si lo era y por eso lo dejaba constantemente para luego volver, con esos ojitos verdes tristes que derretirian a cualquiera.

Verano caliente y sandía fría,
Tu amor lastima como la sangre y el limón,
¿Por qué me dejas con ojos de acuarela?

Ivan estaba enamorado, miraba los rulos del petiso adornando su rostro perfectamente esculpido y sus labios rojos moviéndose mientras hablaba, había algo en esa dependencia, en esa necesidad de estar constantemente a su lado, que lo hacia sentir enfermo, como si cada vez que discutían o se peleaban, no hubiera nada más en el mundo que quisiera hacer a parte de estar con el, por eso pasaba días o semanas en directo, encerrado, porque cuando no tenía a Rodrigo, no quería nada, no le interesaba nada y todo parecía ser una mierda. Pero a los días, Rodrigo volvía, siempre volvía y tocaba su puerta, acariciaba sus mejillas, apaciguaba sus gritos, limpiaba sus lágrimas y besaba sus labios, para reanudar ese círculo.

¿Por qué siempre haces eso? 
Tocas la guitarra mientras estoy durmiendo,
Actuando como un mocoso

Círculo vicioso, Ivan no era tonto, sabía que Rodrigo no era él novio ideal, aunque intentará convencerse de que si lo era, pero veía en el tanto potencial, cuando no estaba enojado o no actuaba como un caniche histérico, veía tanto amor para dar, tanta energía positiva, que intentaba aferrarse a eso olvidándose de que él era autosuficiente, se había ido sólo a vivir a otra cuidad para perseguir sus sueños, no necesitaba de un pibe para tener paz interior, lo sabía y se juraba a si mismo que no volvería cada vez que Rodrigo azotaba la puerta, se miraba en el espejo y se gritaba, sos fuerte, no lo necesitas. Pero ahí estaba, en las juntadas, en los boliches, en las salidas, con su mirada bonita y sus palabras justas, haciéndolo dudar de si mismo... quizás no todo era tan malo, quizás estaba exagerando.

Creo que eres dulce como los cristales de azúcar,
Eres cálido como las playas que me dejan cubierta de arena,
¿Por qué me dejas con ojos de acuarela?

Todo empeoró cuando descubrieron el sexo, repentinamente parecía que su asexualidad se debía a que nadie había sabido tocar los puntos correctos, pero Rodrigo si sabía, sabía perfectamente que hacer para enloquecerlo, para tenerlo comiendo de su mano. De golpe todo parecía ser peleas y sexo, gritos y sexo, distancia, reencuentro y sexo... nada se sentía bien sin Rodrigo y todo se sentía bien con el, hasta que dejaba de sentirse bien y comenzaba a volverse un infierno.

Sabia que debía alejarse, sabía que romántizar sus idas y vueltas no lo llevaban a nada, sabía que tenía que dejarlo... y quizás, el acto más grande de amor que podría tener en su vida, no sería con Rodrigo, al doblegarse y perdonarle todo, si no que sería consigo mismo si se permitía dejarlo ir y volver a recuperar su confianza en sí mismo, enamorarse de él, de su fuerza, de su capacidad de resilencia...

Ojos de acuarela,
Eso no lo hace correcto.

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Una historia algo sad para contracturar(?
Prometo hacerles una feliz o bien sexual para recompensarles jajajaja quería jugar con hacer a un Rodrigo malo, porque siempre hago a Ivan como el malo en mis historias xd

One shots-Rodrivan (Carre X Spreen)Where stories live. Discover now