CAPÍTULO TRECE

159 29 10
                                    

—Creo que debería empezar el programa —murmuró Chan, moviendo sus manos de manera nerviosa detrás de su espalda debido a la intensa mirada del otro chico.

—Claro, claro —dijo éste, trabándose un poco con sus palabras, mientras se quitaba de en medio para que Chan, aún cabizbajo pero con su mirada discreta sin perderlo de vista, pudiera pasar para tomar asiento en la silla giratoria que había delante de todos los botones, pantallas, monitores, micrófonos y listas de canciones que había preparado con días de antelación, como siempre.

Sus manos se movieron con facilidad, porque afortunadamente ya conocía todo lo que debía hacer para su programa.

Tomó una bocanada de aire para tranquilizarse, pero antes de abrir el micrófono, cómo siempre que comenzaba con su programación, la voz detrás de él habló, un poco más alto de lo normal, pero él ni siquiera lo notó, no cuando estaba escuchando por primera vez al contrario decir su nombre.

Tomó una bocanada de aire para tranquilizarse, pero antes de abrir el micrófono, cómo siempre que comenzaba con su programación, la voz detrás de él habló, un poco más alto de lo normal, pero él ni siquiera lo notó, no cuando estaba escuchando por...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hansol estaba perdido, simplemente viendo hacia el contrario, cómo se movía por todo lados, experto en todo lo que hacía.

Él mismo sabía qué mover, qué botones presionar, pero jamás se había movido como el otro, de manera inconsciente.

Cuando se sentó, dándole la espalda, el vómito verbal llegó a él, como siempre que se ponía nervioso y su cerebro no funcionaba ni siquiera un poco.

—¡Me llamo Hansol! —soltó de la nada, queriendo golpearse mentalmente por ser tan tonto y dejarse llevar por sus instintos.

Entonces el otro volteó sorprendido, abriendo sus ojos de par en par, aunque también dejando asomar una pequeña sonrisa de lado.

—Yo me llamo Chan —respondió con voz suave, para después volver a girar su silla y mover sus manos de manera rápida.

Hansol se quedó allí parado, pensando en que el otro lo iba a ignorar, hasta que la música empezó a salir a través de los cascos que llevaba alrededor de su cuello y a sonar por toda la cabina, aunque en un volumen moderado.

La silla volvió a girar en su dirección y una sonrisa brillante, un poco nerviosa pero bastante linda, apareció ante sus ojos.

—Entonces... —Chan apretó sus manos por encima de su regazo, aunque Hansol no notó eso—, tú eres mi compañero de trabajo.

❄️


Nota random: perdón por hacer un capítulo tan corto, pero tuve que ir con mi oculista 🙃🙃🙃🙃🙃

honeymoon  || chansolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora