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Besos en los pasillos, de puntillas besandole los labios inferiores. En la puerta del baño, ansiosa por profundizar ese beso con la drenalina recorriendo mi cuerpo que al escuchar personas hablando agenos a nosotros ese beso se esfumó tan rápido como empezó....
Sentía como mi cuerpo ardía pensado en él y ni hablemos de los quince mil escenarios que mi mente imaginaba de cómo sería el recorrido de sus manos sobre mi cuerpo, de sus labios sobre mi piel, lo quería, lo quería ya y lo más enterrado posible en mí.

Esa noche me sentí en el cielo, fue la primera vez que me habia sentido de esa forma, la primera vez que permitía que alguien me tocase de esa forma, quería que fue él, lo deseaba.

Desperté con sus manos acariciándome suavemente, con su rostro muy cerca de mi entonces dijo: vamos... Tomé su mano y lo seguí, no importaba nada más que el y yo. No me dio tiempo de pensar con cordura, sus labios ya estaban sobre los míos y no pude evitarlo, me deje llevar por sus besos que fueron aumentando gradualmente ese deseo incontrolable de sentirlo.

Fuimos desprendiendonos de la ropa entre besos y caricias, mi piel quemaba y me estremecí cuando la brisa  acarició mi desnudes que fue rápidamente reemplazada por su cuerpo que se pegaba al mio, me besaba de un manera deliciosa, su lengua era demandante y tomaba el control de eso beso que me quitaba el aliento, sus manos que sostenían mi rostro fueron bajando por mis hombros hasta que lentamente tomaron mis pechos que fueron acunados de una manera tan dulce que me volvía loca, me apretaba con sutileza para que no olvidará que seguían estando ahí. Su calor me cubría del frío y sin mediar palabras se separó y tomo asiento, con una sonrisa me pidió sin palabras que me subiera en sus piernas y eso hice, me moví lento subí una pierna y luego la otra quedando sentada a orcadas sobre el, le sonreí y está vez fui yo quien lo beso, sus manos recorrían mi espalda y bajando a mi nalgas apretándolas para acercarme más a el si eso fuese posible, sentía su erección crecer debajo de mi y como se apretaba en mi entrada, metio una de sus manos entre nuestros cuerpos ,me separé un poco y mirándome fijamente acarició todo mi intimidad con sus dedos, los alzó hasta mi vista donde podía ver el brillo en ellos y dijo: no hemos ni empezado y estás empapada, tomó su miembro y lo fue introduciendo lentamente hasta que estuvo completamente dentro, solté un suspiro dandome cuenta que había retenido el aire. Entonces comenzó con un vaivén lento mientras me daba besos húmedos y calientes por todas partes, metió uno de mis pechos a su boca y casi se me sale un grito de placer, era demasiado para mi cuerpo, me levantó y me ordeno que me acostara boca abajo con el culo levantado cuando lo sentí otra vez detrás de mi, introdujo su miembro lento, acarició mis nalgas y sostuvo mis caderas mientras aumentaba su ritmo, se inclinó sobre mi espalda dándome besos en esa zona y logrando asi que crezcan mis ganas de correrme.
El también sintió mis ganas deteniéndose de golpe.
-No amor aun no, quiero más de ti antes de correrte sobre mi pene mientras gritas mi nombre.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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Tus Manos En Mi CuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora