El Día Libre de Byakuya Togami

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Byakuya Togami caminó por el camino de los reyes. Era la envidia de todos, el primero de todo, el gobernante destinado, que recientemente cumplió 18 años.

"Pensar que este día llegaría por fin y de verdad". Byakuya musitó, apoyándose en un mueble barato que normalmente nunca se dignaría a agraciar con la tarea de sostenerlo. No, tendría al menos 10 apodos despectivos para lanzarle al dueño. Se conformó con 3, porque hoy era especial.

"¿Qué es tan malo como para que tengas que venir a mi casa?" dijo Makoto Naegi, el plebeyo del ápice, Averagus-Maximus, Gaius Plainus, etc. La progenie rica se presentó en su casa, temprano en la mañana y exigió verlo. A Naegi ni siquiera se le había dado la oportunidad de quitarse el pijama.

"Algo aterrador sucedió, Naegi". Byakuya hizo una breve pausa, decepcionado consigo mismo por mostrar debilidad. "Me aburrí de ser rico".

"..." Naegi se quedó mirando como un tonto, como de costumbre. ¿Podría matarlo ser un poco menos aburrido?

Byakuya suspiró intensamente. "Es hora de que te hagas responsable de nuestra pequeña charla del otro día. Dijiste que había algo que valía la pena en vivir una vida ordinaria. Quiero comprobar tu veracidad".

Naegi inclinó la cabeza. "Viniste... a primera hora de la mañana, sin avisar... ¿por capricho?"

"Sí. ¿No era eso obvio?" Byakuya continuó. "De ahora en adelante, viviré como un plebeyo durante las próximas 24 horas, y astutamente decidí que serías suficiente como marco de referencia. Puedes agradecerme".

"... Así que vas a seguirme todo el día".

"Más o menos."

El chico de ojos grises palideció. "¿E-Esto realmente está sucediendo en este momento? ¿P-Puedo retirarme de esta historia? Hajime es tan normal como yo. ¡Déjalo sufrir por una vez!"

"No te quejes. No es como si no fueras compensado. Por tus esfuerzos, he transferido una pequeña suma a tu cuenta bancaria".

"... ¿Por qué tienes esa información?"

"Mi nombre es Byakuya Togami. Ahora vístete". Byakuya tenía media intención de demandar por acoso sexual si se quedaba mirando al chico en ropa interior un minuto más.

"Son las 6 de la mañana. Faltan 2 horas para las clases..."

Byakuya se frotó la barbilla. "A los plebeyos les gusta relajarse cuando podrían pasar el tiempo productivamente. Informativo". Él sonrió triunfante. Esto iba a ser pan comido.

Desafortunadamente para Naegi, no habia posibilidad de que el heredero lo dejara volver a dormir. El chico estaba vestido y listo a las 7.

Byakuya golpeaba con impaciencia su pie fuera de la residencia Naegi mientras el Afortunado se despedía de sus padres. La hermana le lanzó unas miradas extrañas y confundidas. ¿Nadie le había enseñado que era de mala educación mirar fijamente?

"Perdón por el retraso". Naegi corrio a su lado.

Byakuya miró a su alrededor. "¿Dónde está la limusina?"

"Tomo el autobús, Togami."

"..."

"Oh, vamos. Es un autobús, ya sabes como-"

"Sé lo que es 'un autobús' " , Byakuya cortó su divagación con una mano levantada. "Simplemente me sorprende que tuvieras los recursos para reservarnos uno con anticipación".

"Reservarlo... estás bromeando, ¿verdad?"

"No. ¿Por qué lo estaría?"

"Es transporte público. Caminamos hasta la terminal de buses y nos lleva a la parada más cercana a la escuela". Naegi busca a tientas su explicación.

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