Of Pain , Change & Love (Segunda Temporada)

≪•◦ Prologo ◦•≫

Punto de partida.

La contaminación, la maldita contaminación era algo que no habías extrañado en absoluto de Corea, pero para tu mala suerte, extrañabas demasiado tu tierra natal como para seguir más tiempo fuera de ella, aun que tres años se habian pasado muy rápido.

La pequeña Yoon-so ya tenia un año y once meses, nació el veintidós de abril del año dos mil veinte, lo sabias de sobra porque nunca podrías olvidar el día en que diste a luz a tu pequeña y hermosa ahijada.

Es sonaba extraño jamás dejaría de hacerlo.

El tiempo paso muy rápido, pero todo estaba muy claro en tu memoria, el quince de noviembre del dos mil dieciocho llegaron por primera vez a Dinamarca, los primeros meses pasaron algo lento, ahí comenzaste tu tratamiento para estar en condiciones optimas tu cuerpo para el embarazo subrogado, para julio del dos mil diecinueve el test de embarazo y el examen confirmaban que había vida en tu interior. nueve meses más tarde, meses complejos y duros para ti pero no menos felices, un veintidós de abril de dos mil veinte dabas a luz a la pequeña Yoonso.

La amaste apenas la viste por primera vez, y tu pecho se lleno de amor cuando viste los ojos húmedos, enrojecidos y felices de sus padres al tomarla entre sus brazos por primera vez, ahí supiste que habías tomado la decisión correcta. Apenas la pequeña nació, abandonaste la casa de tus ahora amigos y familia, para emprender nuevos rumbos.

Viajaste por varios lugares de Europa, y pudiste dedicarte de lleno a aprender lo que es el maravilloso arte de la tinta, porque si, tu amigo Hardy te había orillado varias veces a intentarlo y para cuando al fin te decidiste a aprender y querer volverlo tu oficio, no te habías dado ni cuenta cuando ya amabas aquella entretenida y versátil "carrera". Conociste excelente artistas, de los cuales aprendiste bastante, de hecho, saliste un par de meses con Corey, un tatuador de treinta años, el cual te enseño muchísimo, tanto de la tinta como de las buenas posiciones sexuales que jamás habías intentado por miedo a romperte el cuello, y el resultado fue grandioso, ahora eras una increíble tatuadora y con experiencia en posiciones que te habian dado unos increíbles orgasmos.

Ambos se llevaban de maravilla, Corey era muy guapo y su manera de ver el mundo te encantaba, por lo mismo ahora eran solo buenos amigos, la ultima vez que hablaste con él, supiste que andaba por Sudamérica, mientras que tu preparabas tus maletas para ir a Corea.

Hace cerca de una semana que habías aterrizado en suelo sur coreano. Era curioso como todo se había dado de manera precisa. Hace no más de tres meses, la ridícula y arcaica ley en la que solo a los médicos se les permitía poder tatuar de manera legal, había sido cambiada, por lo que si sacabas tus debidos y correspondientes permisos y entrabas en la lista oficial de "artistas corporales" podías ejercer legalmente en cualquier ciudad de toda Corea del Sur. Así que lo primero que hiciste apenas llegaste a Seúl, fue tramitar todos los permisos requeridos para poder comenzar a trabajar sin riesgo a multas o arrestos.

Tocaste el timbre pero no había respuesta. El lugar lucia completamente distinto, ahora tenia una enorme fachada que mostraba el nombre de Aura. Así se llamaba el antiguo club noches de miel, por lo que veías, había cambiado bastante y para mejor por supuesto.

Cuando Jungho te conto que Madame Jia había muerto por un repentino infarto, la verdad... te sorprendió pero no sentiste nada. No serías como esas hipócritas personas que santifican a quien sea que estirara la pata, la mujer era una maldita desgraciada, si podia hacer tu vida miserable, ella no dejaria pasar la oportunidad, por eso y varias cosas más, te dio igual que la mujer haya terminado como lo hizo.

Buscaste su número de contacto y le marcaste enseguida, ya te iban a salir raíces esperándole allí afuera, además hacía frío.

- Hasta que me contestas mala gente, estoy afuera hace media hora, abre que me estoy congelando.- Le reclamaste de inmediato.