2.✧ミ ೃ ‧₊˚ [𝗸𝗽𝗼𝗽 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰! one shots
de cada miembro de stray kids que normalmente escribo en momentos
dónde no sé que hacer
fecha de inicio: 11 de febrero del 2021
fecha de cierre: 00 00 00
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Si alguien te lo preguntaba, la respuesta era "Si". Aún recordabas ese horrible olor a nicotina en forma de humo bailando por la sala, las voces ensordecedoras incapaces de descifrar de quienes provenían al ser miles a la vez y el soportable volumen de la música que, realmente estabas segura que las ondas de la misma comenzaban a mover los vidrios y cada estructura de la casa de Jisung, quien estaba dando al parecer, la mejor fiesta del mes de agosto. Aun recordabas todo de aquello, no es que haya pasado tanto tiempo, solo pasaron 15 minutos desde que viste el reloj por última vez antes de que tu atención, inconsciente pero maligna, se centró en quien bajaba de las escaleras en ese instante.
Ese momento, ese momento parecía tener la culpa de todo, sobre todo cuando las miradas dieron una respuesta: Parecían tener mucho más que decir que ustedes dos, y pudiste escuchar cada una de esas palabras sin tener que interactuar con esa hermosa sonrisa, con esos hermosos ojos, esa estatura perfecta y esa persona que, probablemente había sido la incógnita que no lograbas descifrar del todo luego de lo sucedido.
Una mirada había sido suficiente, y de allí pudiste descubrir rencor, confusión, y... Un poco de, amor.
Parecía broma, a tu "yo" del pasado le parecería increíblemente absurdo que haber visto por segundos a alguien te llevase a la misma destrucción. No fue uno el shot que quemó tu laringe, no sabías cuantos habías guiado a tu boca en tan poco tiempo, pero saber que aun seguías malditamente inconsciente era devastador. Ni un simple mareo que sirva de excusa para volver a casa, ni la más mínima ganas de vomitar, ni un gramo de sueño que no te deje nada más que desear que ir a la cama.
Tomaste una de las incontables botellas en aquella barra improvisada y generosa con el objetivo de verter un poco de su interior sobre el pequeño vaso que designaste como tuyo desde que cayó en tu posesión, pero al parecer habías comenzado bastante tarde, aunque todavía sean las dos de la mañana.
─Oye... ─la calma de su voz fue lo más relevante del momento. Con los ojos cerrados con fuerza como signo de lamentarte no haber escapado de allí, te diste la vuelta, encontrándote con su inexpresivo semblante, pero con un par de manos nerviosas que no podríamos ir a un lugar más tranquilo? Necesito hablar contigo...
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