Juego de Sombras

Capítulo 53

Descargo de responsabilidad: no soy dueño de Naruto ni de The Gamer. No tengo nada, de verdad.

capitulo 53

Invocar fue un poco extraño.

Por qué, uno puede preguntarse. La respuesta es, porque el invocador la mayoría de las veces no sabe a quién convocará. Uno podría tratar de llamar a un individuo específico, pero no era una cosa garantizada que apareciera el que buscaban.

El Jutsu fue, en mi opinión, como pedir una entrega pero mucho más rápido. Una vez lanzado, los individuos contratados que podían ser convocados con esa cantidad de chakra recibían el 'mensaje' y podían elegir si alguien respondía o no. Cuando Kumohoshi me explicó eso, estaba muy confundido sobre cómo podían decidir en la fracción de segundo que le tomó al Jutsu hacer su magia, pero ella dijo que para la mayoría de ellos, era una especie de cosa instintiva.

¿Por qué esta explicación? Porque actualmente estaba parado en el Bosque de la Muerte una vez más, una semana después de mi prueba de Genjutsu con Shirakumo, preparándome para tratar de convocar a alguien para continuar con eso después de haber, con suerte, corregido todos los errores y reelaborado las técnicas. Kumohoshi me había asegurado el día anterior que tendría a alguien listo para que lo usara como sujeto de prueba y solo tenía que optar por lo que el Sistema había denominado como una 'Araña Avanzada'.

No sabía de dónde venía el nombre, pero había desbloqueado un montón de ellos durante mi prueba de la técnica antes de profundizar a tiempo completo en la creación de Genjutsu. Las llamadas Arañas Avanzadas fueron el paso detrás de las Arañas Gigantes, que eran tan grandes como Kumohoshi, si no tan fuertes, obviamente.

Las arañas avanzadas eran, sin embargo, guerreros temibles a la par de los de mayor tamaño. Muchos de ellos se entrenaron con gente como Kumoken y Kumoyoroi, con espadas en sus extremidades (que todavía no sabía de dónde venían) o armaduras en todo el cuerpo. Lo que les faltaba en altura y demás, lo compensaban con creces con habilidad.

"¿Ei-ji?" Shirakumo me sacó de mis cavilaciones, haciéndome poner los ojos en blanco como si tratara de ver la araña blanca que estaba sentada sobre mi cabeza. "¿Sigues distraído?" preguntó ella, sonando positivamente poco impresionada.

"Algo así", admití encogiéndome de hombros, ganándome un resoplido y un tirón de mi cabello. "Entonces, ¿alguna idea de quién aparecerá?"

"Madre no me lo dijo", respondió ella casualmente, casi haciéndome tropezar en el aire a pesar de que ni siquiera había estado caminando. ¿ Madre? ¿Es la hija de Kumohoshi ?...' Negué con la cabeza, despejando esos pensamientos de mi mente.

"Bueno, averigüémoslo entonces", decidí.

"Ya era hora, estaba empezando a preguntarme a qué había venido si te quedabas ahí parada", me disparó la pequeña araña y casi me reí.

"Porque te gusta venir de visita, admítelo", bromeé. No pude evitar reírme cuando Shirakumo comenzó a balbucear negaciones. "Por ahora..." Me concentré, corriendo a través de los sellos manuales para Invocar una vez más, esta vez vertiendo mucho más chakra del que necesitaba para Shirakumo.

En una nube de humo, una araña del tamaño de una habitación no tan pequeña apareció frente a mí, de color marrón claro con ojos negros y brillantes y cuchillas en sus patas delanteras. Sus piernas restantes tenían extremos en forma de punta de lanza que hacían que cada extremidad pareciera un arma. El arácnido luego pareció torcer su cuerpo de un lado a otro, como si sintiera su cuerpo después de aparecer en un lugar diferente. Aunque ese no era mi enfoque...

"¿No eres tú contra quien luché cuando obtuve el contrato?" Pregunté a modo de saludo, inclinando la cabeza hacia un lado. Observé el cuerpo de la araña y traté de decidir si mi memoria era correcta o no.