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Kim Sunoo y Yang Jungwon se conocían desde los 4 años, cuando en el jardín de niños Sunoo le robó una crayola de color morado a Jungwon haciendo que este llorara por más de 30 minutos.

Sunoo se preocupó tanto cuando empezó a ver las lágrimas en el rostro del más pequeño que le regaló su lechita de fresas, su favorita.

Solo eso hizo que Jungwon dejara de llorar, bueno, en realidad fue gracias a los ojitos de Sunoo que se veían tan preocupados.

Tal vez fue en ese momento que Jungwon sintió que se enamoró.

Pero no era de esa forma romántica que todos piensan.

Desde ese día los dos pequeños se volvieron inseparables, donde estaba uno también estaba el otro, y así fueron creciendo juntos.

A sus 7 años Sunoo le rogó a su madre para que lo dejara entrar a clases de taekwondo junto con Jungwon, después de tanto llorar e insistir logró su objetivo y terminó asistiendo ese mismo día a su primera clase.

Cuando Jungwon lo vió en el lugar se emocionó tanto que casi tira a un niño al correr hacia su amigo, estuvieron todo el rato juntos hasta que comenzó la clase. Su profesor les enseñaba el movimiento que tenían que hacer, Sunoo tuvo envidia de Jungwon porque era tan bueno, él también quería hacerlo, ya le parecía tan complicado incluso moverse con ese uniforme y el menor hacía todo con tal agilidad.

Pero cómo no, si Jungwon llevaba desde hace algunos años entrenando.

Jungwon volteaba de vez en cuando a ver si su amigo estaba bien y grande fue su sorpresa cuando lo encontró en el suelo llorando.

Sin importarle nada fue corriendo hacía Sunoo preguntándole que qué pasaba. El más grande se había caído en uno de los movimientos y había doblado su mano la cual sostenía con la otra.

El profesor se acercó preocupado y llevó al niño a otro lugar mientras llamaba a su madre, seguramente no era más que una pequeña torcedura pero Sunoo sentía que se iba a quedar sin mano así que no paraba de llorar.

Jungwon a su lado secaba cada lágrima que caía de los ojitos de su amigo, estaba muy triste porque su Sunoo hyung estaba sufriendo.

Sin saber ya qué hacer Jungwon sostuvo con cuidado la mano herida de Sunoo y de forma inocente dejó un besito en ella.

"Mamá dice que un besito lo cura todo ¿Ya te sientes mejor, Sun?"

Milagrosamente eso hizo a Sunoo dejar de llorar consiguiendo una sonrisa de Jungwon en donde mostraba sus hoyuelos.

Luego de un rato se quedaron jugando hasta que llegó la mamá de Sunoo y los llevó a los dos a casa con la promesa de comprarles pizza.

Ese día descubrieron que los besitos de Jungwon podían curar enfermedades y que Sunoo definitivamente no era bueno en taekwondo.

Un tiempo después, un Sunoo de 14 y un Jungwon de 13 estaban entrando a su nuevo instituto.

Ambos chicos eran más nervios que personas, aún más porque iban a ir a clases diferentes en un lugar extraño; estaban asustados.

Sunoo tomaba la mano de Jungwon como si su vida dependiera de ello, no pensaba por nada soltar al menor hasta dejarlo en su clase. Caminaban los pasillos del instituto de forma insegura pues tampoco conocían bien el lugar.

Antes de llegar a donde se supone que era la clase del menor Sunoo se detuvo y Jungwon lo miró confundido.

"¿Me vas a cambiar verdad? Cuando conozcas a alguien mejor ya no voy a ser tu mejor amigo" dijo Sunoo a nada de tener una pequeña crisis por imaginarse sin Jungwon en su vida.

Fácilmente podrían estar separados, pero ninguno quería eso.

Jungwon se asustó ante las palabras del mayor y sin pensarlo ya lo tenía rodeado con sus brazos.

"Nunca te cambiaría por nadie, eres mi mejor amigos por siempre y para siempre ¿Lo recuerdas?"

Jungwon vió con sus ojos grandes a Sunoo mostrándole que decía con total sinceridad sus palabras, el mayor sonrió más tranquilo.

"Mejores amigos por siempre y para siempre, Wonnie"

Y así fue como el primer día en ese nuevo lugar se prometieron estar juntos para siempre, porque no querían ni pensaban perder a su alma gemela.

También ese día conocieron a Park Jongseong y Nishimura Riki, para bien o para mal.

Avanzando un poco más nos encontramos con un Sunoo de 19 años y un Jungwon de 18.

Estaban en el suelo del baño de Jungwon, Sunoo abrazaba al menor mientras este no dejaba de llorar y de quejarse en algunos momentos.

Jungwon acababa de terminar su relación con Jongseong luego de tres años y se sentía como si su vida se estuviera yendo con su ex novio.

Y ahí estaba Sunoo consolándolo y apoyándolo, entendiendo totalmente lo que se sentía dejar ir a la persona que considerabas el amor de tu vida, entendía ese corazón roto en mil pedazos porque él lo había vivido meses atrás, y tal y como él estaba ahí para Jungwon el menor estuvo para él en su momento.

A Sunoo le dolía oír a Jungwon sufrir, le dolía verlo destrozado.

Eran mejores amigos desde que tenían memoria y sabía que daría todo por ese, ya no tan pequeño, chico al que le robó su crayola morada en kinder.

Cuando al fin el llanto del menor paró a su Sunoo se le ocurrió una idea.

"Casémonos"

La sorpresa del menor fue inmediata y un "¿qué?" confundido salió de sus labios.

"Eso, casémonos. Si cuando tengamos 30 años no estamos con nadie que sea lo suficientemente bueno para nosotros entonces casémonos"

Y aunque parecía una idea muy loca a Jungwon no le pareció tan mala.

Sin tener que pensarlo mucho en ese momento hicieron la promesa de casarse a los 30, hicieron algo parecido a un contrato con condiciones que seguirían llegado ese momento y luego se fueron a dormir juntos después de un largo día.

Y así es como llegamos a la actualidad.

Con un Sunoo y un Jungwon de 30 años enfrente de un altar diciendo "si, acepto" y sellando su unión matrimonial y su promesa de hacía más de 10 años.

Eran mejores amigos y estaban seguros de que también eran el amor de sus vidas, quizás fue el destino o quizás fue suerte, pero se complementaban tan bien que aunque por mucho tiempo no hubo nada romántico en su amistad en este momento podían ver que lo que tenían eran más que eso, más que una amistad.

Y estaban tan felices de estar juntos y tenerse el uno al otro.

—Te amo, Yang Jungwon —pronunció Sunoo esas palabras abrazando a su ahora esposo.

—Y yo a ti, Kim Sunoo, te amo tanto —se separó Jungwon para ver los bonitos ojos de su esposo y sonriendo mostrando sus hoyuelos que tanto le gustaban a Sunoo.

Definitivamente estaban destinados.

Fin.

Como amo a sunito y wonnie, me hacen tan feliz así que decidí escribir algo sobre ellos.

DESTINY → SUNWON/POCKETZ (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora