𔘓¸، ▸ ִֶָ ¡Somos destinados!

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Esa mañana no fueron los gritos de alegrías de sus padres
quienes lo despertaron, tampoco fue unos besos y caricias cariñosas o quizás el cantó de ambos junto a un pequeño pastel en manos. No fue nada de eso. Si no en vez de todo lo antes mencionado fue un olfateo. Aunque no lo creyó posible pero poco a poco abrió los ojos viendo una cosa blanca como si fuera un peluche, lo borroso por recién haber despertado le impedían diferenciar que era

Pero cuando pudo enfocarse bien se sentó rápidamente en su cama para ver si era correcto lo que veía. Al instante la puerta de su habitación se abrió

- Oh, ya estás despierto - hablo su padre Alfa con una ligera sonrisa en labios. Los ojos de este se fueron hacia la pequeña canina que estaba a un lado de su hijo - Y al parecer ya viste tu regalo. Se arruinó la sorpresa

- ¿Es para mí? - preguntó sorprendido, señalándose a sí
mismo

- Por supuesto. Desde que eras un cachorro de cinco años
quisiste un perro y pues, allí lo tienes

Con emoción bajo de su cama para ir abrazar a su padre quien le dijo "feliz cumpleaños" junto a un sonoro beso en la frente, agradeció por eso y se acercó nuevamente donde estaba el perrito en su cama que lo veía curioso. Se quedó un rato viendo al animal que hasta olvidó la presencia de su padre Alfa. Desde muy pequeño quiso un perro y muchas veces le había insistido a sus padres sobre ese tema pero eso fue hasta que tuvo los ocho años y no volvió a mencionar nada de eso pero jamás dejo pasar la oportunidad de mencionar de vez en cuando lo tanto que quería un perro, hasta con Sunoo, le había dicho que le gustaba esos animales bonitos por su energía, eran tan bonitos y ahora que tenía uno al frente, estaba más que encantado. Ahora tenía que pensar en un nombre para su nuevo compañero de habitación.

La puerta se abrió nuevamente dejando ver a su padre Alfa pero está vez venía con una correa en una de sus grandes manos, también le dijo para que baje a desayunar y él asintió contento. Le puso al perrito la correa para bajar juntos hacia la cocina, saludando a su otro padre y este le abrazo cuando dejó a la bebé en la cuna que lo miraba. Desayunaron juntos sin ninguna interrupción a excepción de la pequeña bebé que también requería atención de todos los integrantes de la familia

Ahora mismo sus padres parecían muy felices de hacerle
una pequeña reunión con sus amigos para la hora del almuerzo, planeaban entre ellos todos los detalles y aunque no haya pedido nada de eso, estaba feliz de que lo pasaría con las personas que quería ese día tan especial que era su cumpleaños. Ahora él cuidaba a su pequeña hermana desde su cochecito, ella era muy tranquila que no hacía muchos problemas y a él le gustaba verla. Era bonita, tenía casi las mismas características de sus dos padres al igual que él, su cuerpo pequeño y el olor natural que desprendía su cuerpecito

Hace sólo unos minutos había recibido la llamada de Leeseo quien le deseaba un feliz cumpleañosy también confirmaba su asistencia en la comida que organizaban sus padres. También le dijo que iban a ir Rei y Riki, porqué
al parecer Lee ya había hablado con uno de los hermanos
(O sea con Rei), quien le había confirmado la asistencia de
esos dos. Sus mejillas se habían coloreado cuando escucho el nombre del Alfa mayor, aunque trato de ignorar el pequeño revuelo que hizo su cuerpo con algo tan insignificante como

Los empleados ayudaban a sus padres a hacer la comida para ese almuerzo, los olores que salían de la estufa ya hacían sonar a su barriga de hambre, sus tripas se removian entre sí por el exquisito olor de la comida. Llegó a escuchar un auto que se estacionaba y en poco tiempo el timbre sonó. Con su hermana en brazos, que estaba envuelta en suaves mantas color rosa, fue a abrir la puerta, ya que los demás empleados estaban ocupados en otras cosas v el restante del personal estaban de vacaciones. Al abrir la puerta vio a Sunoo junto a
sus dos padres, este le abrazó como pudo para no hacer llorar a la bebé, le dió un obsequio y a pesar de no haber pedido nada, agradeció por el detalle, lo mismo paso con su padrino y esposo de este. Dentro de poco llegó Leeseo y sus padres, quienes también le saludaron y dieron regalos. Al final como si fuera la ceresita del pastel, llegaron Rei y Ni-Ki junto a sus padres que tenían en brazos a la pequeña Haruna