¿A quien no le gusta un pequeño alfa dulce?

Capítulo 7

Entrada del hotel S.

La gente pasa constantemente por la puerta giratoria para entrar al hotel. De vez en cuando, los ojos se posan en Su Yuzhou y Su Qian, y le echan un vistazo antes de retirarse.

Después de todo, son demasiado guapos.

Y parecen haberse acostumbrado a la atención de los demás.

Ante la pregunta de Su Qian, Su Yuzhou apretó los puños.

Miró hacia otro lado y preguntó: "¿Por qué sabes en qué habitación vivo?"

Su Qian se encogió de hombros.

"Tal vez puedas quejarte al hotel".

No negó que obtuvo la información por medios informales, luego lo miró y le preguntó en voz baja:

"Ungüento, ¿lo has usado?"

Las palabras revoloteando hicieron que los oídos de Su Yuzhou se calentaran nuevamente. Levantó los ojos y miró a Su Qian con vergüenza e ira escritas en sus ojos.

Su Qian hizo una pausa.

Al ver las orejas rojas del joven escondidas bajo el cabello corto, y la fragancia de coco que de repente perduraba, frunció los labios y recordó en voz baja:

"La feromona se filtró de nuevo".

Su Yuzhou se quedó atónito cuando escuchó las palabras, y estaba un poco nervioso por recuperar la feromona que se había derramado inconscientemente, pero descubrió que la fragancia de coco a su alrededor se estaba volviendo cada vez más fuerte.

No pudo evitar apresurarse, "Eso... yo..."

Realmente no fue a propósito...

La segunda mitad de la oración no fue pronunciada porque—

"Ven a mi auto y habla".

Su Qian miró a la multitud a su alrededor y dijo con voz profunda.

Antes de salir hoy, tomó otra inyección del inhibidor, por lo que ahora no se ve muy afectado por su feromona.

"¿Qué?" Su Yuzhou lo miró con recelo.

Su Qian arqueó ligeramente las cejas: "Viniste a mí, no solo para preguntarme, ¿qué método usé para averiguar el número de tu habitación?"

Después de que terminó de hablar, se dio la vuelta y caminó hacia la carretera.

Su Yuzhou también notó la atención de los demás en este momento: alfa lo miró con hostilidad, omega evitó el pánico, solo beta no era nada.

Apretó los dientes y finalmente levantó el pie y rápidamente siguió al hombre.

Un sedán negro estaba estacionado al costado de la carretera.

Cuando Su Qian se acercó, un conductor salió del auto diligentemente y le abrió la puerta del estacionamiento trasero.

Su Yuzhou se detuvo un poco y volvió a dudar.

Simplemente, sin darle la oportunidad de huir, el hombre que se agachó y estaba a punto de subirse al auto de repente se enderezó y lo miró de nuevo.

El hombre está vestido con un delicado y elegante traje negro oscuro, con cintura de perro macho y piernas largas, y su figura con proporciones perfectas está vívidamente delineada.

Estaba parado al sol así, tan guapo y deslumbrante que era deslumbrante.

Su Yuzhou no sabía lo que estaban pensando los demás, pero él ... sintió que su corazón dio un vuelco, y la punta de su nariz pareció oler el fuerte aroma de las castañas asadas nuevamente.