20. Fiesta de pijamas.

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La tradición del viernes había terminado. Ya es sábado por la mañana, aun estamos casi todos juntos (menos Lynn) en casa de Hugo ya que nos quedamos ahí a dormir.

Estaba recogiendo mis cosas cuando me llegó un mensaje.

"Buenos días Megan, espero que hayas dormido bien. Atte: el hombre de tu vida"

Jonathan me había escrito ese mensaje y no solo eso, cuando me gire para ir al cuarto donde estaba él. Allí estaba esperándome en la puerta.

-¿Te gustó el mensaje?- me pregunta sonriente.

-Gracias Jonathan... Fue muy amable por tu parte- intenté parecer agradable pero no podía disimular del todo que aún seguía dolida y lo peor es que aún seguía rota por dentro, o mejor dicho por él.

Él pareció darse cuenta y se acercó a mi y me agarró la mano.

-Sé que sigues dolida y lo siento tanto Megan. Cada vez que me rechazabas o peleábamos yo lo pasaba mal y pensé que con el cariño de otra persona podría olvidarme de ti. Y no pensé eso porque no quisiera luchar por ti, solo lo hice porque pensé que era lo mejor para ti, porque tal vez yo no te convenía. Lo último que quería era hacerte daño- se sinceró.

Sus palabras me hicieron llorar y lo abrace. Muy fuerte.

-¿No crees que era yo la que tenía que decidir si me convenías o no?- le pregunto.

Al despegarnos me acerque a él, queria besarle, sabia que no era lo conveniente pero aún así quería hacerlo.

Cuando estabamos a punto de besarnos él me paro.

-Espera Megan, no quiero que me beses por compromiso ni nada, quiero que nuestro beso sea real- dijo él.

Yo solo quería besarle. Pero tal vez ahora no era el momento.

-Vale...-

-¿Podemos ser al menos amigos?- me pregunta sonriéndome.

-Claro que sí, que sepas que siempre que me necesites voy a estar ahí para ti- le respondo.

Sé que no podíamos salir sin hacernos daño, pero al menos podríamos ser amigos.

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Habían pasado dos horas desde mi conversación con Jonathan. Ahora me encontraba en casa de Amy con ella, Deb y Sara. Lucia lamentablemente no podía venir. Hoy ella y Fran iban a celebrar su mes-aniversario. Lynn tampoco había venido, llevaba desde ayer incomunicada, seguramente estaría fatal por lo de Hugo. Todas le habíamos mandado miles de mensajes y llamadas pero nada.

-Tal vez deberíamos ir a su casa- propuse.

Las tres se quedaron mirándome hasta que Amy hablo.

-Buena idea Megan-

Y así nos dirigimos las cuatro hasta casa de Lynn.

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-¿Qué hacéis aquí?- nos pregunta Lynn sorprendida al vernos entrar en su cuarto.

Su madre amablemente nos había dejado entrar para poder animar a su hija.

-Lynn no puedes seguir así, es solo un chico, hay más en el mundo- dijo Amy animándola.

-El problema es que yo lo quería a él- replicó Lynn llorando.

Me dolía mucho ver a una de mis mejores amigas así. Lynn siempre había estado ahí para mi desde que me cambie de instituto y ahora uno de mis mejores amigos le había roto el corazón y encima a otra de mis mejores amigas le gusta ese chico también. Esto no terminaría bien.

¡Bienvenida al amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora