CAPITULO 2 "¿BABY?"

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POV Jung Min

Maldición como pude dejarme acorralar por Junho, ese bastardo me engaño para acabar conmigo.

No tengo la culpa de que el fácil de JaeJoong prácticamente se me ofreciera para que me lo folle.

-Junho. Enserio haces todo esto solo por la puta de JaeJoong, vaya pensé que eras más inteligente.

-¡cállate¡ tú abusaste de mi Joongie y ahora pagaras caro por ello príncipe.

¿Príncipe? Lo olvidaba, nadie sabía mi nombre a excepción de Hyun Joong. A quién se le había ocurrido apodarme príncipe, aunque por mi belleza mejor apodo no podía tener.

-esto lo pagarás con tu vida. –saco una navaja de su pantalón con la clara intención de apuñalarme con ella. Maldición no debí provocarle y menos ahora que no estoy muy consiente.

-morirás príncipe. –joder el maldito piensa hacerme pedacitos, ¡o no¡ eso no lo permitiré, soy muy guapo como para morir en un lugar así. Intente moverme cuando vi una figura delante de mí.

-no interfieras insecto. -¿Quién es?, acaso es estúpido, como se le ocurre enfrentar a alguien desconocido en un callejón oscuro. No ves películas esas acciones heroicas siempre terminan mal.

-cómo no voy a interferir si planeas matar a alguien, no sabes que no es correcto atentar contra la integridad física de otra persona. –y se supone que con eso el malo se irá.

-¿Qué? Pero de donde ha salido este... oye te romperé tu integridad si no te apartas.

-¿Quién está ahí? – ¿Qué? Un policía, ¡genial! Lo que me faltaba si la ley me descubre ahí sí estoy perdido.

-maldición, la próxima no tendrás tanta suerte príncipe. –si claro vete maldito, si estuviera bien no te atreverías a enfrentarme. ¡Maldición! Mi cuerpo está perdiendo fuerzas, creo que me desmayare, pero antes tengo que...

.-.-.-.-.-.-.

¿Qué es esto? Alguien está desnudándome, siento unas manos suaves y cálidas acariciar mi rostro, es una mujer. Sí tiene que serlo... se siente tan bien... quiero tocarla... la necesito. Y sin pensármelo más le tome del brazo y la acerque hacia mí.

-¿Quién eres? –Susurre abriendo poco a poco mis ojos. Cuando logre divisar esa figura sobre mí, no podía creerlo ¡era un hombre!

-yo... yo... yo te encontré en ese callejón y te traje a mi casa.

-¿Por qué? –cómo es posible que aquella calidez pertenezca a un hombre, aunque quitándole esos lentes espantosos es muy lindo.

-Porque... pues estabas herido y no podía dejarte ahí y... y...

-¿y?

De Libros a SEXO [MinJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora