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Mon está feliz. Ella puede decir eso con una certeza que no sabe si alguna vez ha podido, excepto en momentos aislados como el baile y la aceptación en la universidad. Pero esto es una felicidad general. Una felicidad que llena y eleva su corazón cada vez que piensa en Sam. Por supuesto, la vida nunca es perfecta, pero Sam no ha sido más que increíble y amable con ella. Se encontraron el domingo en una cafetería para hacer la tarea. Ayer Mon no pudo verla más que durante el almuerzo, pero incluso entonces Sam nunca dejó de tomar su mano. Ella nunca iba o venía sin besarla, suavemente. Nunca posesivamente (No es que Mon piense que sería algo terrible que Sam fuera posesiva con ella).

Más que feliz, Mon ha encontrado un nuevo sentimiento. Algo que nunca había sentido. Ni con el baile ni nada. Comodidad. Sam tiene esta forma de hacerla sentir cómoda y emocionada al mismo tiempo. Mon, quien toda su vida ha deseado ser otra persona, ha comenzado a pensar que tal vez ella no es tan mala. Tal vez ella lo valga.

Lo único que podría deprimir a Mon en este momento es el trabajo escolar siempre presente. Cuando está haciendo la tarea con Sam parece ir mejor. Sam hace todo lo posible para ayudarla a entender las cosas. Ella no le habla mal ni la hace sentir estúpida. La tutoría está ayudando un poco, pero es aún más tiempo ocupado de su día. Anoche se acostó a las cuatro de la mañana. Sam, a juzgar por sus mensajes, se durmió alrededor de la medianoche.

Sam regresaba de su única clase ese día (Las estúpidas clases de las ocho de la mañana) cuando recibió un mensaje de Mon que la hizo fruncir el ceño un poco. Dijo que necesitaba tomar una sesión extra de tutoría y que no podría ir al comedor a almorzar con ella.

¿Puedes comer algo? - Sam

No lo creo. No puedo volver al dormitorio. El comedor estará demasiado ocupado para entrar y salir. Solo tengo como 20 minutos para ir de la biblioteca a la clase de baile - Mon

Sam frunció el ceño. Mon yendo a la clase de baile sin haber comido le molesta. Eso no puede ser bueno para ella. Tiene una idea.

Te estaré esperando fuera de la biblioteca. No discutas. Hasta entonces - Sam

No habría discutido. Quiero verte, incluso si es solo por unos minutos. Además, ¿Podríamos ir a alimentar a los patos este fin de semana? - Mon

Sam sonrió y estaba respondiendo cuando...

¿Eso es patético? Lo siento - Mon

¡No lo es! Daremos de comer a los patos. Nunca eres patética. Incluso si lo fueses, sería lindo - Sam

:D ¡Nos vemos en un ratito! - Mon

A Sam le gusta pensar que es ruda. Mucha gente probablemente estaría de acuerdo. Pero por alguna razón, Mon hace que todas y cada una de las habilidades rudas se desintegren sin esfuerzo. Sam se encoge de hombros. Lo que sea, perderá su maldad si obtiene a Mon a cambio.

Regresa a su departamento, pone sus cosas en su dormitorio y toma su ropa y la lava. Luego mira el reloj y decide que puede empezar a preparar el almuerzo ahora. Ella está mareada. Ni siquiera puede comenzar a explicar cómo o por qué prepararle el almuerzo a Mon la emociona tanto. Ella piensa que tal vez es porque podrá verla cuando se lo lleve, "Si tan solo vieras lo que yo puedo ver...", Sam comienza a cantar para sí misma.

Esa estúpida canción de mierda. Se queda atascada en su cabeza todo el tiempo. Ella sonríe sin embargo. Porque a pesar de que odia la canción, es muy apropiada. Empieza a cantarla a todo volumen y no escucha que la puerta se abre o se cierra. Si lo hubiera hecho, probablemente no estaría cantando con un palito de apio en este momento o bailando como lo hace.

Razones por las que río y respiro | MONSAM G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora