Veía a Juan comer su pastel con mucha emoción y sonreía levemente, parecía un niño pequeño, era adorable pero no lo diría nunca en voz alta.
━━ Te vas a atragantar, tarado.
Emitió Spreen rodando sus ojos con diversión y el hechicero lo miró de mala gana, alzó su mano libre y enseñó el dedo del medio. El chico argentino golpeó su hombro con suavidad, ofendido por el gesto.
━━ No me saqués el fuck you, hijo de puta.
━━ Déjame tragar en paz, pendejo.
Abrió sus labios para hacer un comentario fuera de lugar pero se contuvo y contempló el firmamento oscuro, en total silencio. Las estrellas titiraban y la luna los bañaba con su luz suave.
Le era tan raro convivir tan pacíficamente con el de lentes aunque sea por unos instantes pero lo disfrutaba de alguna manera.
Juan había terminado su pastel y el argentino centró su atención en él de nuevo, era tan torpe al comer que una mancha de crema quedó impregnada en sus labios. El argentino suspiró y estiró sus brazos para tomarle de las mejillas con suma delicadeza.
━━ ¡Suéltame!
El hechicero quiso apartarse pero el oso no cedió.
━━ Uh pero dejame limpiarte la cara, tenés crema ahí.
━━ Puedo limpiarmelo solo ¿Sabes?
━━ Mis métodos son mejores, Caballo.
El castaño resopló pero se dejó tomar por el argentino, quién acercó su rostro peligrosamente al suyo, provocando un sonrojo en sus mejillas. Realmente no estaba seguro se lo que iba a hacer pero se lanzaría de una, pues era algo que quería hace tiempo.
Lamió la crema de sus labios y luego los unió en un suave beso de pocos segundos, donde Juan quedó estupefacto y Spreen se separó sonriendo de lado.
━━ Me gustó la crema de chocolate.
Rió al ver al falso mexicano cubrirse el rostro por la vergüenza.
━━ Oh, por Dios...
El beso no había sido tan desagradable como pensó, de hecho, quizá lo repetiría las veces que quisiera pero no lo iba a expresar, solamente buscaría excusas perfectas para hacerlo.
━━ Pero besás horrible.
━━ Cómeme los huevos, idiota.
