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Marzo, 1986

Después de estar durante más de 2 años en un instituto fuera de mi ciudad, he vuelto.
He vuelto a Hawkins.

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Era sábado. Esa misma mañana cogí mis maletas y me subí a un taxi, aún pensando si había sido una buena idea volver a Hawkins o no. Tras un largo viaje acompañada de mi álbum favorito de musica, llegué.

Ahora mismo me encontraba en la puerta de la casa Harrington, replanteandome si era una buena idea llamar o no. Pero ya no había vuelta atrás, ya estaba ahí. Así que sin pensarlo mucho más, decidí darle al botón del timbre.
Un Steve bien peinado abrió la puerta y, su cara quedó congelada al verme.

Dios, realmente seguía teniendo ese característico peinado.

- Oh dios mío @, estás muy cambiada, casi no reconozco a mi propia hermana.-
Después de decir esto, se acercó hacia mi rápidamente y me abrazó, levantándome por los aires.

+ Yo también me alegro de verte Steve, pero podrías bajarme? Realmente me da miedo caerme.+ Una pequeña risa se escapó de mi boca tras decir aquello.

- ¿Vienes para quedarte? -  dijo al ver mis maletas.

+ Sí. Sé que no he avisado, pero la verdad es que anoche ni siquiera tenía las maletas hechas. Es más, ni siquiera tenía planeado volver. +

- Como no, tu impulsividad no cambia ni en mil años. -

Tras seguir intercambiando un par de palabras más, Steve me ayudó a meter mis maletas en casa y llevarlas a mi habitación.

Estaba tal y como la recordaba, realmente estaba encontrando sentimientos que no pensé que podría llegar a sentir por ver una simple habitación. Era un contraste total a mi gusto actual. Todas las paredes eran rayadas por el color rosa y el blanco. Por no hablar de los pósters increíblemente infantiles que había pegados a lo largo de mi pared.

Ese mismo día mientras Steve hacia su última ronda de trabajo de la semana, sin mucho más que hacer, coloque toda mi ropa en los armarios y sustituí los pósters infantiles por pósters de mis bandas favoritas de música y un par de dibujos que yo misma había hecho. Me gustaba mucho dibujar. Al hacerlo simplemente desconecto de todo lo que me rodea, y eso era algo que me encantaba. Podría pasar horas dibujando las ideas locas que venían a mi cabeza. Todas mis libretas de estudio estaban repletas de dibujos, cualquiera diría que mi cuaderno de matemáticas era un cuaderno de dibujo, en vez de servir para acumular números.

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Pase un buen fin de semana junto con Steve. Hablamos demasiado, nos pusimos al día el uno al otro en una sola tarde. Hablamos sobre todos los desastres amorosos que él tuvo. También me presentó a su amiga, Robin, me pregunto porque Steve y ella no son pareja, honestamente son muy compatibles.

Todo parece estar yendo bien, pero la felicidad acaba en algún momento y, para mí, estaba terminando esa misma mañana. Era lunes, lo que significaba que sería mi primer día en el instituto Hawkins. Sólo a mí se me ocurre cambiar de instituto en mitad de curso. Al principio, cuando pensé esto, no le preste mucha atención a eso de cambiar radicalmente toda mi vida y empezar de cero en un instituto donde no conocía a nadie, pero ahora, a minutos de entrar por las puertas de aquel lugar, realmente estaba muy nerviosa. Me preguntaba si aún estaba a tiempo de volver a mi antigua ciudad y seguir estudiando en mi, ahora, antiguo instituto. Lo único bueno de todo esto es que ya no tendría que soportar las burlas de los populares solo por vestir con un estilo característico y escuchar otro tipo de música. Por favor espero que esto no sea igual aquí.

Allí estaba, en frente de la puerta del instituto Hawkins, aún indecisa si sería buena idea irme de allí y simplemente no entrar. Pero antes de que pudiera pensar, me encontraba abriendo la puerta y dirigiéndome al mostrador de secretaria para ver y todo el papeleo estaba correcto. Cuando terminé de rellenarlo todo, me adentré de camino a la clase j, allí daría mi primera clase de química. Genial. Nada a mejor para empezar el día que química. No pensaba que empezaría a llenar la nueva libreta de dibujos en mi primera clase.

Oh mierda, no recordaba que presentarme frente a toda la clase era necesario.

- Hoy tenemos a una nueva alumna en la clase. Por favor, preséntate. -

+ Hola, me llamo @ Harrington, espero llevarme bien con todos. +

Dicho esto, el profesor me indico que me sentara en el único asiento vacío que había, justo al lado de un chico de pelo largo y con rizos.

Cuando dije que estrenaría mi libreta de química con dibujos, me equivocaba. No porque no quisiera dibujar en vez de prestar atención a las más de 5 fórmulas que había apuntadas en la pizarra, sino porque no había metido la libreta en mi mochila. Así que, como pude, le pedí al chico de mi lado si podía darme un par de hojas de su cuaderno y, al cabo de 40 minutos, había llenado toda una hoja de dibujos.

Así pasé las siguientes 3 horas de clases, hasta que llegó el almuerzo.
Al principio había pensado en sentarme sola pero, quise hacerle caso a mí hermano, así que allí me encontraba, en medio del comedor, buscando a un chico con el pelo rizado y brackets, o al menos así fue como Steve me dijo que era su amigo Dustin Henderson.
Me atreví a acercarme a un chico que coincidía con la descripción de Steve y le hablé, aún un tanto indecisa.

+ Hola, ¿Eres Dustin Henderson? +

- Sí, soy yo. ¿Y tu eres? - Dijo un tanto confuso.

+Me llamo @ Harrington, soy hermana de Steve. Soy nueva en este instituto y Steve me dijo que te hablara así que aquí estoy. + Dije intentando sonar lo más amable posible.

- Oh sí, Steve me dijo algo sobre ti, me alegro de conocerte, ¿quieres venir a mi mesa? Te presento a mi grupo si quieres. -

Antes de poder contestar siquiera, me encontraba siguiendo a Dustin hacia una mesa con varios chicos. Todos ellos tenían la misma camiseta que Dustin.

Entre ellos, se encontraba mi actual compañero de pupitre.

𝗳𝗿𝗲𝗮𝗸𝘀 - 𝘌𝘥𝘥𝘪𝘦 𝘔𝘶𝘯𝘴𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora