Para siempre un día

Capitulo 7.

Durante la última semana, el baile había pasado a un segundo plano mientras Harry trabajaba incansablemente para aprender magia no verbal. Lo encontró sorprendentemente difícil e increíblemente frustrante. Durante horas, se sentaba en un salón de clases abandonado sin poder lanzar ni el más simple de los hechizos una y otra vez. No fue hasta que el profesor Flitwick utilizó un método de enseñanza poco ortodoxo que finalmente tuvo su primer éxito. Si bien que el pequeño profesor de Encantamientos lo golpeara con maleficios punzantes fue extremadamente desagradable, Harry no podía negar los resultados. En una sola mañana, había pasado de no poder lanzar nada, a poder lanzar un encantamiento de escudo de manera confiable y silenciosa.

Si bien Harry no había disfrutado el proceso, Daphne, que pasó la mayor parte del día en el aula de Encantamientos trabajando en su proyecto, encontró su sufrimiento bastante divertido si su sonrisa de satisfacción era algo a lo que atenerse.

Aunque Harry no había estado tan concentrado en encontrar una nueva cita para el baile, y por lo general iba con Katie o Susan, se encontró interesado en Daphne. Había hablado brevemente con ella en algunas ocasiones a lo largo de la semana en que trabajó en el casting no verbal, pero ella parecía tener poco interés en hacer algo más que trabajar en su proyecto. Daphne no era como ninguno de los otros Slytherins que conocía, y el hecho de que no mostrara ningún interés en él solo lo hizo más decidido a llevarla al baile.

El día después de su primer éxito, Harry salió temprano del Gran Comedor y se dirigió directamente al aula de Encantamientos. Con el profesor Flitwick todavía desayunando, esperaba tener unos minutos a solas para hablar con Daphne. Efectivamente, cuando llegó allí, Daphne ya estaba sentada en un escritorio en la parte trasera del salón de clases, trabajando en su proyecto de encantamientos.

"Buenos días, Daphne," dijo Harry, dándole una pequeña y amistosa sonrisa.

"Potter," dijo neutralmente, sin siquiera molestarse en mirarlo.

Sentado en el escritorio junto a ella, sacó su libro de Defensa y pasó a la página de técnicas de duelo.

"¿Cómo va tu proyección?" preguntó casualmente.

"¿Qué quieres, Potter?" preguntó ella con un suspiro.

Apartando la mirada del juego de té que estaba tratando de encantar, Daphne cruzó los brazos sobre el pecho y se reclinó en su asiento mientras lo miraba.

"Solo conversando" dijo Harry encogiéndose de hombros.

Daphne puso los ojos en blanco.

"Me has hablado más en los últimos dos minutos que en los últimos cuatro años que hemos sido compañeros de clase", dijo.

"Bueno, esta es la primera vez que estamos solos en una habitación juntos. Por lo general, estás rodeado de personas a las que no les agrado mucho", dijo Harry.

"No soy estúpida, Potter," dijo Daphne, entrecerrando los ojos. "Si se trata de el baile -"

"No dije nada sobre el baile", la interrumpió, no queriendo darle la oportunidad de rechazarlo. "Solo estaba haciendo una conversación, honestamente".

Daphne lo miró con desconfianza por un momento antes de sacudir la cabeza y volver a su proyecto. Desafortunadamente, antes de que Harry pudiera intentar entablar una conversación con ella nuevamente, el profesor Flitwick entró al salón de clases. De pie, Harry hizo una pausa antes de subir a hablar con él.

"Por cierto, si estás haciendo un juego de té flotante, es posible que quieras poner el encantamiento de propulsión antes que el encantamiento flotante", le dijo a Daphne en voz baja. "Poner el encantamiento flotante primero lo hará inestable".