Capitulo 2

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Luego de semanas, por fin la cirugía se había confirmado y estaba apuntó de ser ingresado en el quirófano para tratar su fisura.

Estaba nervioso pero la anestesia estaba funcionando muy bien porque se sentía golpeado y sin ganas de nada más que dormir durante mucho tiempo. Sus padres estaban en la sala de espera junto a uno que otro amigo cercano de él y de sus padres.

Las semanas que habían esperado fueron horribles para el azabache; no podía ir al gym, no podía correr, no podía levantar pesas, no podía salir a beber, no podía follar..

Follar.. Ni siquiera podía darse una paja porque no se levantaba, nada, ni con porno, ni con pensamientos ni recuerdos, ni con tener a alguien desnudo enfrente; nada. Estaba jodido y había llorado de frustración por eso.

Jimin su amigo también había intentado ayudarlo pero menos funcionó, y eso lo desesperaba, esas semanas en espera la paso sentado viendo televisión o pintando sus esculturas faltantes.

A veces pintar le funcionaba pero cuando terminaba volvía a recordar su desgracia y se sumía en su nebulosa.

Sin darse cuenta poco a poco revivió su consciencia y sus ojos se abrieron, un dolor leve lo ataco pero nada grave, se sentía entumecido y necesitaba tomar mucha agua, su garganta estaba reseca.

-M-mamá..- susurró con dificultad, ahora que hablaba su garganta dolía más.

-Shh, no hables.- su madre fue corriendo hasta él y entonces ahí señaló la jarra de agua-. Ahh, agua. Si ya te doy.

Fue ayudado a tomar agua y a pesar de sentir que su cuerpo no daba para más su garganta estaba más fresca ahora.

El doctor entro por la puerta y él le prestó toda su atención al igual que su madre. No tenía ni idea de donde estaba su padre pero luego preguntaría.

-Bien, Jungkook. Todo ésta en orden, tu fisura ha sido operada, tienes un mes para estar de reposo, tres meses en donde no puedes agarrar cosas pesadas pero si volver a hacer leve ejercicio, tus medicamentos recetados serán durante todo ese mes. En tres días o posiblemente dos podemos darte de alta.

-¿Por qué no hoy, doctor?- preguntó su madre.

-La cirugía fue reciente, su espalda esta inflamada y siempre los primeros tres días debemos llevar un seguimiento a su dolor.- explicó pausadamente.

-Oh..

-Cada dos semanas debes venir a un chequeo para ver el avance. Por ahora es todo por aquí.- sonrió a ellos.

-Gracias, doctor.- dijo el azabache regresando la sonrisa.

-Es mi trabajo, nos vemos después. Cualquier cosa toquen el botón.- señaló el botón rojo a un lado, los dos asintieron. El doctor se retiro dejándolos solos.

-¿Y papá?

-Fue por comida para mi.

-¿Y yo?

-¿Qué? No, no, a ti te darán comida de aquí, sopa o que se yo.- dijo su mamá con burla, riéndose de él.

-Me alegro que te rías de mi sufrimiento.- reprochó con falsa molestia.

-Si, yo también me alegro. Sufrirías más si estuviera llorando.- le recordó su madre alzando una ceja.

-Tienes mucha razón, siguete riendo de tu único hijo.- dijo ahora él con burla.

...

Habían pasado los tres días exactos para su dada de alta, ahora estaba tan feliz de irse a su casa. Los hospitales nunca fueron de su agrado y ahora menos.

Muchas inyecciones, mucha comida desabrida, mucha atención innecesaria, mucha falta de privacidad, mucho olor a fármaco y látex, mucho enfermero.

Mucho de un hospital, ahora rogaba con no volver jamás a un quirófano o una habitación de esas, solo a la consulta para buenas noticias de su avance.

Agradecía enormemente a su madre por llevarlo al hospital antes que empeorará su estado, tuvo mucha suerte que fuera una fisura y no una lesión. Si no ya estaría en sillas de ruedas por años o quizás por el resto de su vida.

Suspiro aliviado de correr con la suerte de no haber sufrido algo así, el auto de sus padre paro frente a su casa y ellos entraron junto con él.

Las cosas estaban normal, ninguno había dormido en la casa así que todo estaba a oscuras. Al prender la luz un bullicio de voces lo asusto haciendo que soltara el bolso con sus cosas personales.

-¡Dios! ¿¡Qué les pasa!? Que susto...- susurro para si mismo agarrándose el pecho, controlando los latidos de su corazón.

Todos se quedaron mudos un rato esperando al azabache.

-Que exagerado eres.- le dijo Jimin abriendo sus brazos para enrollarlos alrededor de Jungkook. Los demás hicieron lo mismo.

-Que te extrañamos Jungkookie.- dijo una de sus amigas. Él sonrió.

-Bien, pero no tenían que hacer que me diera casi un infarto, salir del hospital para entrar.. - lo pensó y se erizo su cuerpo, negó horrorizado-. No, no.. No lo vuelvan a hacer.

-Si, si, disculpanos.- dijo Jackson abrazándolo también.

-A ver, a ver. Quitense todos, quiero abrazar a mi hermano.- dijo namjoon aburrido y quitandolos de su cuerpo. Cuando llego a él sonrió y lo abrazó-. Me alegra que estés bien, nos tenías preocupados..

-Gracias hermano, yo también me alegro de eso.- acepto el azabache correspondiendo el abrazo.

-Ay pero que bonitos se ven así.- chilló otra de sus amigas sacando una foto. Jungkook y namjoon reprocharon y se separaron.

-Bueno, bueno chicos, ya saben que ahora Jungkook necesita descansar.- recordó la señora Jeon agarrando las cosas de Jungkook, debía lavar la ropa y guardas los medicamentos por hora.

-En unos minutos nos vamos, señora Jeon.- le grito jimin sentándose en el sofá. Jungkook se sentó a su lado, los demás lo hicieron en los otros sofás y sillas. Ahí se dispusieron a hablar de todo y a la vez de nada.

En un momento durante la conversación la mano de jimin se paseo por el muslo de Jungkook, este primero lo miraba atento pero el azabache estaba hablando y no le prestaba atención.

Hasta que la mano fue apretando su pierna, entonces se dio cuenta que no, no tenía ninguna erección. No estaba estimulado y el agarre no fue nada para él, entonces dejo la mano de jimin en su lugar y negó disimuladamente.

Ese día siguió sufriendo.

Vaya .....pobre jungkook

Una buena mano- [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora