A ti tca por arruinarme la vida.
A ti que me has hecho dejar de comer y controlar todas las calorías.
A ti que me has obsesionado con el peso y me provocaste el miedo de subir a la báscula luego.
A ti que me causas mareos al levantarme...
A ti.
A ti te doy las gracias porque gracias a ti me apunté al gimnasio, porque encontré un método nuevo de desahogo y así poder usar mis problemas como combustible.