La razón eres TÚ

La llamada

Para esta historia, decidí tomar una "licencia literaria" y voy a jugar con los tiempos de la novela..... Aquí Betty y Catalina llegarán a Bogotá la noche en la que armado tiene la pelea en el bar.
El día anterior, Armando creyó ver a Betty en la transmisión del reinado Nacional de belleza, y la mañana del día siguiente (es decir el día de la pelea), el fue a gritarle a don Hermes que su hija quería robarse la empresa.
Otra licencia que me tomaré, es el hecho de que Armando no será rescatado del bar por nadie... Ya más adelante entenderán por qué... Sin más los dejo con el primer capítulo 💖
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Armando estaba sentado en el banquillo de la barra de un bar. Estaba destrozado, el juez había fallado a favor de Terramoda y si Betty no aparecía pronto el embargo sería inevitable.
Trago tras trago recordaba lo que había sido su vida en las últimas tres semanas, había sido destituido como presidente de Ecomoda, perdiendo así su credibilidad ante su familia y toda la junta directiva.
Marcela le había cancelado el matrimonio, aunque, pensadolo bien, eso era lo mejor que le había ocurrido... Y a pesar de la cancelación de la boda y su ruptura con Marcela, su mamá seguía insistiendo en que el debía de volver con ella y retomar el compromiso. Ni ella ni Marcela y mucho menos Calderón intentaban comprender su dolor y sus sentimientos por Betty, a pesar de que el prácticamente les había gritado que la amaba, y lo peor de todo era que Betty lo había abandonado después de la junta, y no sabía absolutamente nada de ella. Esa actitud le daba pie a sus "verdugos" para despotricar en contra de ella, y llenarle a él la cabeza de cucarachas y dudas, aumentando así su soledad y su sensación de vacío interno.

Pero eso no era lo que lo tenía completamente hundido. Le importaba el destino de su empresa, claro que sí, pero más que por el, le importaba por los empleados que podían perder su fuente de trabajo y por consiguiente, el sustento de sus casas. Le importaba por los Valencia y los accionistas minoritarios que podían perder su capital invertido allí y sobretodo, le dolía por su padre, que vería irse por el caño más de 35 años de trabajo a causa de su inmadurez y sus malos manejos. Todo eso le afectaba, pero la razón de su profundo dolor, el motivo de ya no querer seguir viviendo era Betty, su Betty.
Esa mujer maravillosa, ingenua y tímida que poco a poco se fue metiendo en su corazón hasta llenar cada vacío que en el había.
Ese ángel que con su sutileza y ese amor desinteresado que le profesaba día a día, logro enamorarlo hasta los huesos.
Esa niña dulce y tranquila que le mostró lo que realmente significaba amar y a la que el engañó, utilizo y destrozó por una empresa que, hoy se daba cuenta, no valía nada en comparación con ella.

Ser consciente del dolor y el sufrimiento que le causó a la única mujer que ha amado en su vida y que lo amó a él sin ningún interés, lo estaba matando, y en ese momento sentía que ya no podía seguir adelante con ese enorme dolor que le atenazaba el alma y le hacía sentir en carne viva por dentro.

Era tanto el dolor que sentía al pensar que nunca más volvería a verla y más aún, que ella nunca lo perdonaría por lo que le hizo, que ya no podía soportar siquiera seguir respirando. Sus sentimientos le ahogaban, las lágrimas no cesaban, lo único que deseaba era acabar con todo eso y de paso, terminar con su miserable existencia, pero a la vez sentía que antes de acabar con todo, necesitaba desahogarse con alguien que no le reclame como su mamá, que no lo atormente como Marcela y que no se burle como su "amigo" Calderón. Necesitaba que alguien confiable conozca su verdad, para que, algún día, pueda contársela a ella y así tal vez, pueda perdonarle por todo el daño que le causó.

Sin molestarse en secar las lágrimas que en ese momento corrían incesantemente por sus mejillas, tomo su celular, bebió de una el vaso de whisky que le habían servido y procedió a llamar a la única persona que en ese momento tan duro se le vino a la mente.

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En el aeropuerto "El Dorado" dos mujeres acababan de llegar y esperaban su equipaje para poder salir a tomar un taxi, cuando el celular de una de ellas comenzó a timbrar incesantemente.
Lo saco de su bolso, miró la pantalla y al ver el nombre de quién llamaba, miró a su compañera con cara de circunstancias pero aún así respondió.