Cuando la visa de George fue aprobada, Dream no pudo evitar dejar fluir un par de lágrimas, teniendo que dejar salir de alguna manera esos sentimientos tan intensos que lo atacaron de un momento a otro. Estaba extasiado, demasiado impaciente por descubrir cómo sería finalmente vivir con sus dos mejores amigos, cómo sería vivir con George.
Se preguntaba si serían reales los rumores que había oído de las bocas de sus otros amigos; si le gustaría ser abrazado como le había dicho Karl, si tendría tanta energía como había dicho Alex, si miraría tan fijamente a los ojos de los demás como se había quejado Sapnap mediante una llamada en su primera noche en Londres. Se preguntaba si se cumplirían alguna de sus más ansiadas fantasías; si George aceptaría acurrucarse en su cama junto a él en las noches frías del invierno de Orlando, si le gustaría tomar su mano, si le dejaría cepillar su cabello con los dedos de sus manos cuando estuviera un poco demasiado largo.
Demás está decir que cuando finalmente George llegó a Florida y muchas de las situaciones que había fantaseado se fueron cumpliendo una tras otra, Dream se sintió como en un sueño hecho realidad. Cada vez que George se dejaba abrazar sin queja alguna, cuando lo acompañaba en largas noches de trabajo sentado a su lado hablando de temas al azar para mantenerlo despierto, cuando a mitad del otoño las temperaturas se hicieron especialmente frías a mitad de la noche y decidió por cuenta propia invitarse a dormir acurrucado en su pecho; Dream se sentía flotar en suaves nubes rodeado de un suave aroma que gritaba George, George, George.
Sin embargo, hubo un comportamiento en particular que él jamás imaginó, y tampoco ninguno de sus amigos que habían conocido antes a George en persona le comentaron jamás.
George estaba extrañamente obsesionado con morder su hombro.
La primera vez fue el segundo día después de su llegada a casa. Dream, aún con demasiadas emociones y sin saber qué hacer con ellas, no había dormido en toda la noche, y se había levantado a primera hora en la mañana para poder hacer la receta de panqueques que le había enseñado su madre alguna vez. Quería que el primer desayuno del Dream Team reunido fuera algo delicioso. Justamente se encontraba revolviendo la mezcla de la segunda tanda de panqueques —la primera en un plato aparte ya enfriándose— cuando unos dientes se incrustaron en su hombro derecho. Dream saltó del susto con un jadeo, desestabilizándose un poco y atrapando el recipiente con la mezcla justo antes de que se cayera de la encimera por su movimiento tan brusco. Al voltearse, algo molesto y asumiendo que Sapnap había sido quien casi le hacía perder una buena parte de su desayuno —al no estar habituado aún a la presencia de George en casa, su cerebro no fue muy rápido en recordar que los pasos pesados de Sapnap se oían por toda la casa, y que definitivamente lo habría escuchado antes de que siquiera entrara en la cocina—, fue sorprendido con rizos castaños revueltos, ojos nublados por el sueño y una sonrisa dormilona adornando el rostro de un George recién despertado.
"¡George!" lloriqueó, pero no fue capaz de preguntar qué había sido eso antes de que delgados brazos envolvieran su cintura y suaves cabellos acariciaran su nariz cuando George enterró su cabeza en su pecho, dándole los buenos días con una voz más grave y rasposa de lo común. Entre preguntas triviales de cómo había pasado la noche e intentos de oler el tibio aroma que desprendía el cabello del castaño sin que este se diera cuenta, Dream se hundió en el ambiente tan doméstico y nuevo que lo rodeaba, y olvidó por completo la marca de dientes afilados que descansaba bajo la manga de su camiseta en su hombro derecho.
La segunda vez fue solo unos días después de la primera, en una tarde calurosa en los últimos días de verano, los tres sentados en la terraza con limonadas frías repletas de hielo que se derretía más rápido de lo que debería. Habían estado hablando de lo loco que había estado twitter desde que habían anunciado oficialmente la llegada de George a Florida el día anterior —si bien habían confirmado que su visa había sido aprobada apenas estuvieron seguros, y George había estado actuando algo sospechoso apropósito los días anteriores, lo habían confirmado mediante una foto de George sosteniendo a Patches en sus brazos solo cuando la emoción de estar finalmente juntos se fue disipando y fueron capaces de pensar fríamente sobre todo el asunto online una vez más—, sobre las opciones para el tan esperado face reveal de Dream y cómo les gustaría hacerlo, y lo emocionados que estaban por poder salir y comenzar a crear recuerdos los tres juntos, como tanto habían ansiado. De un momento a otro, cuando el sol se estaba escondiendo y las palabras fluían por sus labios un poco más lentas y descuidadas que antes, Sapnap les había deseado las buenas noches y se había ido a dormir entre grandes bostezos y pasos cansados.

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the inherent love in biting your shoulder / dnf
FanfictionUnos dientes incrustándose en su hombro derecho hicieron a Dream saltar del susto, al punto de casi tirar al piso la mezcla de panqueques que estaba haciendo para el desayuno. "¡George!" lloriqueó al darse vuelta y ver al castaño parado atrás suyo...