Resulta interesante encontrarte con diferentes versiones de ti mismo, de lo que fuiste. Cuando iba recopilando las frases me di cuenta de que mucho de lo que decía ya no sonaba escrito por mí. Sin embargo, aprecio la cualidad que tienen las palabras...
Cada mujer es diferente. Básicamente parece que sean una combinación de lo mejor y lo peor, lo mágico y lo terrible. Estoy contento de que existan, de todas maneras.
CHARLES BUKOWSKI
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1
Estos labios, jamás se unirán con los tuyos, me dijo. Le respondí: "Por lo menos en sueños ya lo hacen".
2
Él estaba enojado, por eso no quiso darle ni un beso de despedida, hasta la abrazó sin ganas. Ella se montó al tren, prometiendo volver y arreglar las cosas. A través de la ventana se sonrieron, tristes, por última vez. Ellos no lo sabían, pero su tiempo juntos había terminado. El universo se los llevó.
3
La predestinación no es suficiente. Tú y yo, somos tanto el uno para el otro, que nunca estaremos juntos.
4
Tú siempre necesitas que alguien te ponga en tu sitio, me dijo, y para eso siempre voy a estar yo. Sonreí, cuánta razón tenía.
5
La gente vive recordándome que ella fue muy mala. Yo vivo anhelando encontrar algo tan bueno como sus besos.
6
El día que deje de amarte, ese mismo día... dejaré de ser yo para siempre.
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7
Caminaba sola por la vida, arrancando miradas y provocando envidia en cada paso. Pero, ¿quién no envidiaría a alguien que está conforme con su soledad?
8
¿Cómo no amarlas, si están hechas de maravillas?
9
A ellas les gusta jactarse del poder que tienen sobre los hombres. Y a nosotros, nos vuelve locos verlas tan seguras de sí mismas.
10
Esos ojos... esos malditos e inmensamente tristes ojos que me han condenado a quererte hasta el día en que muera.
11
De pronto me empieza a quemar tu recuerdo, y siento mis pies descender por un dulce abismo de melancolía.
Porque te extraño, desgraciada.
12
¿Cómo se puede llegar a odiar y a amar tanto y tan intensamente, a la vez, y a la misma persona?
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13
Me lucía su piel sin pena ni pudor, y sonreía, quizá tratando de imaginar las dimensiones del cielo en el que estaba.
14
Yacía dormida, desnuda y entregada en mi regazo. La oía respirar sintiendo el ritmo de su corazón; lucía tan inocente. Supe entonces cuanto la quería y cuanto más iba a lastimarme.
15
Eso es la magia para mí, lo increíble de ellas, que a veces solo les basta una sonrisa para convertir sapos en príncipes.
