Prólogo

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-Esta es la quinta vez en el mes que la directora nos llama para decirnos que nuestro hijo estuvo haciendo disturbios en su habitación de la universidad. ¿Qué es lo que sucede contigo?-su madre alfa dijo con irritación en su voz sin dejar de mirar la calle, pues estaban llevando a su hijo a casa para hablar seriamente con él y su comportamiento en la universidad. Hwang Hyunjin tiene tan solo veinte años, estudia diseño de modas y es un omega sumamente...rebelde, sus padres han hecho de todo para que su único primogénito cambie su manera de ser, pero no podían hacerlo, ni a la buena, ni a la mala.

-Mi intención era hacer una pequeña reunión, creo que se me escapó de la manos. Ups-el chico rodó los ojos mirando por la ventanilla, sus brazos cruzados y piernas separadas restándole poco a lo que sus padres tienen por decirle. Ya sé sabía de memoria todos los regaños de sus padres y de la directora también y estaba hasta la coronilla de las mismas palabras. ¿No podía vivir su adultez en paz como todos? Aún era joven, él solo quería disfrutar haciendo fiestas, embriagandose hasta perder la conciencia y consumir marihuana, ¿era tan difícil entender eso?

-Ajá, pequeña reunión, una pequeña reunión donde había botellas y botellas de alcohol, y no solo eso, también drogas, gente desconocida y hombres semidesnudos bailando sobre ti-su papá omega hablo con voz brusca, su seño estaba fruncido y veía a Hyunjin por el retrovisor, esos ojos marrones transmitían furia y decepción, por eso el omega menor trataba de no mirar aquellos ojos que alguna vez lo miraron con orgullo-¿cómo se te ocurre? ¡Eras uno de los mejores estudiantes de tu generación! ¿Qué fue lo que pasó contigo?

-Lo que pasó fue que se junto con las personas equivocadas, ese chico llamado Saeran y el otro chico, ¿cuál es su nombre? Cierto, Luca.

-Ellos no tienen la culpa de mi rebeldía, solo me quiero divertir un poco. Es todo.

-¿¡Divertir!? ¡Hyunjin, te metes droga, te emborrachas a más no poder, te metes con cualquier alfa y beta que se te cruce y encima, faltas a clase! Eso no es: divertir.

Su madre estacionó el auto en la cochera de la casa, soltó un suspiro se giró para ver a su hijo quién ahora tenía su seño fruncido junto a sus labios, Hyunjin aún veía por la ventanilla, no tenía la más mínima intención de enfrentarse a su madre, no cuando estaba sumamente enojada y lo menos que quería era que ella usará su voz de mando en él. Era lo peor porque Hyunjin no podía resistirse a eso.

-Hoy fue la última, Hyunjin. Ya no volverás a esa universidad y más vale que te vayas despidiendo de esos amiguitos tuyos.

-¿De que hablas?-la miró por primera vez en todo el camino a casa. Su padre omega carraspeo y se giró para ver a su hijo-papá, ¿de que habla madre? ¡No quiero dejar de ver a mis amigos, ellos son mi todo!

-Lo siento hijo.

-Te enviaremos a un instituto para omegas como tú. Rebeldes.

Toda la sangre del omega heló al escuchar aquella noticia que lo dejó impactado, sus labios se abrieron y su seño se frunció más de lo que ya estaba, ¿cómo era posible que sus padres le hicieran eso? ¿Dejar de ver a sus amigos? ¡Eso es imposible! ¿A caso ya no lo amaban más?
Su barbilla comenzó a temblar ante ese último pensamiento, sus feromonas de tristeza se hicieron presentes en el auto, su madre rodó los ojos al sentirlas y su padre suavizó su rostro.

-No vengas con chantajes, Hwang, eso no funcionará con nosotros.

-Perdón por ser un mal hijo-lo dijo en un hilo de voz, salió del auto azotando la puerta limpiando sus ojos impidiendo que las lágrimas salieran de sus cuencas. Su padre lo miró con suma tristeza, pues le afecto el hecho de que si único hijo se sintiera triste por su culpa.

-¿No crees que fue demasiado lejos?

-No, ese será un buen castigo para él. Ya aprenderá y estarás muy agradecido conmigo cuando veas los resultados finales.

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»Entonces ya no nos veremos más.

-Supongo que no, mis padres están muy decididos en enviarme a un instituto para omegas rebeldes. Es una estupidez-bufó, cerró el botecito de esmalte y lo dejó en su mesita de noche para después voltear a ver a sus mejores amigos quienes estaban haciendo una videollamada. Ellos también habían sido castigados, sin embargo, seguirán yendo a la universidad. No como él, que perdería todo, incluido sus amistades.

»No te preocupes por eso, Jinnie, nosotros te esperaremos el tiempo que sea necesario.

Luca dijo junto con su linda sonrisa y esos ojitos cerrados como un tierno gatito, Hyunjin les sonrió a ambos, los iba a extrañar demasiado. Ellos tres eran como los tres mosqueteros, siempre iban juntos de un lado a otro y nunca se dejaban solos por nada en el mundo.

-Arregla tus cosas-su madre entró a su habitación sin antes tocar la puerta-mañana nos vamos.

Después salió sin decir otra cosa más. Hyunjin suspiro dejándose caer en su cama.

»Tu mamá da miedo-Saeran dijo en voz baja temiendo que la alfa estuviera todavía por ahí. Ella era todo oídos y podía escuchar sus palabras.

-Todo el mundo le tiene miedo-susurró-los dejaré chicos. Necesito arreglar todo para mañana. Ya la escucharon.

»Cuídate mucho Jinnie, recuerda que te amamos. No nos olvides.

Cinco minutos después de una larga despedida y lágrimas derramadas por los tres amigos, Hyunjin colgó y comenzó a echar su ropa en su maleta, todo estaba en silencio en su habitación, podía escuchar sus propios pensamientos o eso hasta que su padre interrumpió su tranquilidad.

-Hijo...lo siento mucho. Trate de convencer a tu madre de no enviarte a ese lugar, pero ya sabes cómo es.

-Nadie puede ganarle a ese demonio-su padre soltó una pequeña risita y se sentó a la orilla de la cama del omega menor, mirando como metía sus cosas lentamente como no queriendo hacerlo.

-Eso es verdad. Nosotros te amamos, solamente queremos lo mejor para ti, entiendo que eres joven y quieres vivir tu vida. Pero siempre hay que saber los límites.

-Eso lo sé-cerró su maleta y se giró para ver su padre con tristeza y a la vez con molestia-no hago las cosas sin medir los límites, sé cuándo detenerme. No soy un niño.

-Para nosotros aún eres nuestro niño-dijo con tristeza.

Hyunjin se encerró en el baño no queriendo seguir hablando con su padre porque sabía que terminaría llorando y no quería eso. Se miró al espejo, sus ojos hinchados al igual que sus labios, su cabello rojizo muy desordenado y con sus emociones muy revueltos.

-Trata de dormir, mañana será un día pesado, te amo-eso le dijo su padre antes de irse y dejar a su hijo completamente solo en aquella enorme habitación. El omega quería gritar del coraje, la frustración y de la tristeza, pero se tuvo que tragar ese grito para no hacer el problema más grande.

Se quedó callado quedándose unos minutos más en el baño escuchando sus propios sollozos.

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¡Hola lectores! Esta es una nueva fic omegaverse, espero que les guste y si le dan mucho apoyo subiré el primer capítulo pronto.

Muchas gracias por leer. ✨

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