Los siguientes capítulos (desde este hasta el 6) van a ser modificados ligeramente.
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• — Cʜɪғᴜʏᴜ — •
Cᴀᴘ 1: Primula rosea. (Modificado) 🌺
Mis manos se derretían como una paleta en verano. Los nervios se estaban apoderando de mí.
¿Y como no lo estaría? Si hoy es nuestro primer aniversario de novios.
Acordamos ir hacia un parque cerca de donde vivíamos, mi corazón se aceleraba cada vez que lo recordaba. Había pasado media hora viendo que ponerme, pero por más que quisiera nada llenaba mis expectativas.
Peke j miraba confuso como me movía de aquí a allá, en un momento mi vista se dirigió hacia el reloj que se encontraba en la pared y pude darme cuenta que faltaban tan solo 15 minutos para que Baji me pasara a buscar.
Mis piernas temblaron y corrí nuevamente hacia mi armario para encontrar algún conjunto.
Luego de 6 minutos logré vestirme decentemente—según yo—y me senté en mi cama esperando a que los minutos pasen.
Baji me iba a pasar a buscar a las 15:00, así que aún me quedaban 5 minutos para prepararme mentalmente, lo único que se escuchaba en la habitación era los ronroneos de Peke j y las manillas del reloj. Peke j se acercó a mi cara para frotarse en ella, provocando un risa de mi parte.
— Gracias por tu apoyo Peke j. — Un maullido recibí como respuesta. — Espero que a Baji le guste mi regalo. — Un suspiro broto de mis labios.
Anhelaba que todo saliera bien, para las parejas: "el primer aniversario es lo más importante". Y bueno, nosotros éramos una de esas parejas. Solo esperaba que saliera todo bien.
Un golpe se escuchó en la puerta principal, corriendo me dirigí hacia ella sabiendo quien se encontraba detrás de esta. Al abrir la puerta, me encontré a Baji con una caja en sus manos, vestía un poco fuera de lo habitual, pero seguía teniendo esa vibra de él.
— ¡Feliz aniversario Fuyu! — Unos colmillos sobresalieron gracias a su sonrisa.
No puedo describir con simples palabras lo atractivo que se veía, mis mejillas se calentaron y se pusieron de un tono rojizo.
— ¡Feliz aniversario Baji-san! — Especté con una sonrisa y un sonrojo ahora leve.
— ¡Te traje algo!, puede ser poco, ¡Pero! Te aseguro que viene echo con cariño y amor, solo para ti.
¡Dios!, algún día me mataras de un ataque. Me enamoro de ti todos los días, como si fuera la primera vez.
Me estiro la caja para que pudiera agarrarla, al abrirla me encontré con una pulsera echa a mano, de una lana de color blanco y con una esfera al medio en la cual había grabado una B.
