Primera parte

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El hacha quedó atascada dentro de la leña por quinta vez en el día. Jungkook estaba a punto de perder la paciencia.

Para sus 16 años, él no se consideraba un hombre débil, de hecho, era el joven más fuerte de su pueblo. Sin embargo, seguía requiriendo bastante fuerza sacar el hacha del duro tronco. Jadeó con cansancio y limpio su sudor con el antebrazo para seguir con su labor. Esa noche tenía que llevar leña de más tanto a su casa como a la de la familia Park.

El crujido de una rama a lo lejos llegó a sus oídos. Jungkook dio una mirada de reojo sin llegar a ver nada, aunque tampoco tenía mucha importancia, en esa parte del bosque paseaban animales de vez en cuando y lo mejor sería no precipitarse. Sin embargo, otro crujido volvió a escucharse, esta vez con un pequeño jadeo, casi inaudible. Y claro, así no sonaría ni un zorro ni un venado.

Alzo la cabeza para ver mejor el lugar de donde provenía aquel sonido. Era tras un árbol ancho y grueso, perfecto para cubrir la presencia de una persona, solo que ésta andaba tropezándose así que Jungkook alcanzó a ver por un segundo una mano delicada sosteniéndose torpemente del árbol, luego desapareció inmediatamente tras el mismo.

Jungkook sonrió divertido. No era por nada, pero además de ser el joven más fuerte del pueblo, también era el más popular entre las chicas jóvenes del mismo. Algunas veces lo espiaban mientras cotilleaban sobre lo "asombroso que era".

Al parecer una de ellas se había escabullido en el bosque con él. Demasiado audaz.

—Si continuas así, te vas a caer. Y no es fácil quitarse el lodo de aquí —comentó con algo de desinterés, volviendo a su labor.

Nadie respondió.

Zapatos negros manchados de lodo crujieron por algunas otras ramas, dando pisadas torpes por doquier y haciendo que un cuerpo delgaducho perdiera el equilibrio. Las maldiciones venían por aquí y por allá de sus labios, lo más bajas posibles que pudieran ser para que el acechado no escuchara. Su siguiente movimiento resultó ser el detonante de su patética pérdida, torciéndose el pie y cayendo en el suelo lodoso si no fuera por el brazo oportuno, algo tosco y fuerte que le sostuvo la cintura.

—Te dije que te caerías.

El cuerpo entre sus brazos salió del shock en cuanto escucho esa voz dulzona. Removiéndose con inquietud dentro del agarre hasta librarse del y volviendo a caer hacia atrás por la brusquedad. Jungkook era de movimientos hábiles así que no tardó en volver a sostenerlo con un brazo mientras que con el otro se agarraba de la corteza de un árbol para no perder el equilibrio junto con la chica.

Chica...

Cuando por fin cruzaron miradas, su supuesta admiradora resultó ser alguien de ojos grandes, cejas gruesas, labios delgados y pelo alborotado que abrazaba con fuerza un frasco. Quien además, eh... vestía una túnica negra larga que anteriormente también cubría su cabeza con un gorro, solo que se había caído por el desequilibrio.

No era una chica.

—Deja de moverte de forma tan imprudente o ambos acabaremos estropeados... y tú serás quien lave mi ropa —murmuró.

Sus rostros quedaban bastante cerca, sus alientos blanquizcos se mezclaban con cada exhalación agitada. Al final, el chico de la túnica asintió temeroso e intentó moverse con más lentitud. Jungkook le ayudó a incorporarse adecuadamente.

Un silencio incomodo llenó el ambiente cuando al estabilizarse, ninguno dijo nada. Jungkook solo estaba esperando una explicación de forma paciente, pero mientras más pasaba el tiempo, lo único que veía era al chico mover sus manos con nerviosismo por el frasco. Se volvió cada vez más impaciente.

—¿Qué haces en el bosque...? Nunca te he visto por el pueblo.

El chico miro el suelo como si fuera la cosa más interesante en el planeta. Sin contestar o hacer algún ruido.

—¿No vas a responder? ¿Qué es eso que llevas cargando?

—Té... —murmuró el chico con voz suave. Jungkook agradeció a dios que dijera algo.

Estúpidamente, no supo que responder, pero quería hablar, así que siguió preguntando:

—¿Qué tipo de té es?

—U-Uno muy bueno... lo hace mi familia con... hierbas especiales.

El chico pareció impacientarse de repente, llevando sus ojos inquietos del frasco a Jungkook y de Jungkook al frasco.

—¿Siempre... S-siempre cortas leña aquí? —Preguntó el muchacho con un tono de voz demasiado alto, casi gritando. Cuando se dio cuenta se avergonzó y miró al suelo.

Jungkook quería reír pero no lo hizo.

—Sí, vengo aquí bastantes veces en la semana a cortar leña, pero hasta ahora nadie me había encontrado.

—... hay quienes intentan seguirte sin que lo notes pero no lo logran.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Los has visto?

El chico le miró alarmado, sintiéndose interrogando y expuesto. Asintió efusivamente pero luego lo consideró mejor y negó de la misma forma.

—No te voy a morder o algo, puedes decirme con confianza.

El chico suspiró aliviado.

—Unas niñas siempre intentan seguirte y a veces un chico... pero regresan sanos y salvos cuando no te encuentran.

—Se me hacía raro que no me siguieran hasta acá considerando que a veces solo visitan a mi hermana para luego espiarme por la ventana... —susurró para sí mismo.

—¿Te desagradan? ¿Quieres que les pase algo malo?

—¿Qué? ¡No! Son algo pesadas pero es todo... ¿por que preguntas eso?

—Por nada.

Jungkook le miró extrañado pero tal vez era mejor no preguntar.

—¿Y tú lograste seguirme?

—¡Sí! —contestó sincero, sonriente y muy emocionado—. Pensé que me perdería, ¡pero en realidad fue bastante fácil! Solo hasta que el camino se hizo... extremadamente lodoso.

Jungkook no sabía cómo sentirse. El chico frente a él parecía sentirse avergonzado de cosas por las que no debería, y se sentía confiado por cosas que se podrían considerar descaro. ¿Un chico lo había seguido? ¿Solo para mirarlo? ¿Estaba sacando mal sus conclusiones?

—Bueno eso es... ¿nuevo? Jamás había visto a... un chico... así...

—¿Como? ¿Es por la túnica? En mi familia se usan mucho. Son primordiales. En realidad es lo único que me gusta de mi familia... creo que también sus decoraciones.

Bueno, no le había preguntado nada de eso pero sería grosero interrumpirlo. Además, parecía haber ganado bastante confianza.

—Eh... sí, que bien. Seguiré con la leña... ¿te vas a quedar?

De repente, el muchacho perdió todo el entusiasmo, como si alguien hubiera presionado el botón de "apagar".

—Yo... yo... ¡debo volver a casa! ¡Hasta luego! —Dijo y comenzó a correr en dirección contraria a Jungkook, sus torpes pies enterrándose en el lodo. Un triste destino para unos zapatos tan elegantes y lindos.

—¡Ten cuidado!

—¡S-Sí, buena suert- ¡Quiero decir, mala suerte con tu trabajo!

Bueno, eso había sido muy extraño.

🧸

Sé que no es halloween ni estamos cerca, esto es algo viejo que escribí. Eso es todo.

Gracias por leer.

Magic | kth x jjk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora