Prólogo.

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[Estaba tropezando,
mirando en la oscuridad, con un
corazón vacío (...) ¿Alguna vez seremos
suficientes?]

Si tuviera que describir lo que sentí, aquella noche fría, en donde toda mi vida se vino abajo, creo que me quedaría en silencio...
¿Qué se suponía debía decir ante aquella situación? ¿Qué debía esperar? ¿Qué debía sentir?

Cuando conocí a JungKook, lo supe de inmediato. Él era el amor de mi vida, incluso me atrevería a decir que también era el amor de mi muerte.

Mi esposo tenía manías y cualidades, las cuales no me impidieron acostumbrarme a ellas. Nunca cerraba las puertas de los muebles, no cerraba bien el grifo del agua, se olvidaba de sacarse los zapatos al entrar y siempre cerraba su correo, aunque tuviera que abrirlo mil veces cuando quería utilizarlo... Siempre acababa la sesión luego de que terminaba lo que sea que hiciera.

Pequeñas cosas que no me importaban, es más, me parecían adorables. ¿Qué hombre de casi veintiocho años se olvidaba de cerrar las puertas?

Vivir con él no era para nada difícil. Puedo decir que el verdadero desafío era vivir conmigo. Él no lo llevaba tan fácil, pero jamás me lo hizo saber. Siempre se encontraba regalándome esa hermosa sonrisa que tenía, me acariciaba y me llenaba de halagos...

Él sabía fingir muy bien. Al igual que yo.

Si tuviera que describir lo que sentí aquella noche... Creo que la mejor palabra que se adecuaría a tal sentimiento sería vacío.
Sentí un gran e interminable vacío al leer y darme cuenta de ello.

Al darme cuenta que jamás seré suficiente, no lo seremos... Nunca esto será suficiente.

what will never beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora