Capítulo 20.

318 47 2
                                    

Cuando eché casi a patadas a TaeHyung, jamás creí que JungKook siguiera afuera. Y tampoco creí no poder detenerlo cuando entró furioso a mi habitación.

-¿Es en serio?- bufó-. ¿Te acostaste con Kim?

-Mierda, como si a ti te importara- rodeé mis ojos, masajeando mis sienes.

-¡Lo hace! Carajo, ¿es esta tu venganza hacia mí? ¿Enamorar al hombre que nos separó?

-¡El hombre que nos separó fuiste tú, genio!

El silencio de pronto reinó la instancia y recién ahí pude respirar con tranquilidad. Tratando de ordenar mis pensamientos y no queriendo tener que echar a JungKook también a patadas.

-¿Me has superado tan rápido o de verdad es tu venganza?- susurró, rompiendo la paz.

-¿Quieres que te ame para toda la vida?- reí falsamente-. Qué egoísta.

-No es eso... Ugh, joder.

Negó con desespero y de un segundo a otro dejó mi habitación.

En otras ocasiones me hubiese desvelado toda la noche, pensando en JungKook, tratando de descifrarlo... Esta vez no fue así, porque tuve el mejor descanso de toda mi vida. Al otro día el desayuno estaba tan apetitoso que sentí una alegría inmensa, y lo mejor fue no toparme con JungKook en todo el resto del día.

TaeHyung trabajaba en un pequeño consultorio a las afueras de la estación de policías, yo enseñaba a los niños en una escuela a un lado de los bomberos y JungKook se encargaba de todo el tema administrativo; ¿cómo? No lo sé y tampoco me importaba mucho.

-Profe, ¿por qué tenemos que utilizar la "h" si ni siquiera se pronuncia? ¿No sería mejor eliminarla del alfabeto?- comentó un curioso pequeño.

-¡Es cierto! Lo hace todo más complicado- replicó otro niño.

Sonreí con dulzura y comencé a explicar la etimología de cada letra... Aunque también me preguntaba lo mismo.

A la hora de salida, los padres de los niños eran muy pocos. Casi todos los venían a buscar sus hermanos mayores o simplemente emprendían camino a casa solos. Mi corazón se apretó y quise poder hacer algo.

-¿Qué tan difícil es crear un comité para ayudar a los niños a llegar sanos y salvos a casa?- pregunté a una de las coordinadoras del programa.

-Lo consultaré.

Cuando llegué a mi habitación y me miré al espejo me sentí extraño.
Recordé mi yo antiguo, ese que tanta devoción tenía por JungKook... Recordaba que no era capaz de comprender, parecía un pequeño niño ingenuo. Cada vez que creía que ya lo tenía claro, mi ilusión me hacia volar y volvía al mismo estado de antes.

¿Cuántas veces no me había dicho a mí mismo que ya entendía lo que JungKook me hizo? ¿Y cuántas veces más no me volví un tonto, tratando de creer que era nada más que una invención mía?

Fui bobo. Pero sobretodo no supe valorarme. ¿Por qué me tuve tan poca estima y respeto si mi madre se esforzó por enseñarme lo mucho que valgo?

Ser despreciado por alguien es horrible... Pero lo es aún más si el que te desprecia eres tú mismo.

Acerqué mi mano al espejo y acaricié mi mejilla. Yo no merecía nada de esto, porque jamás fui malo con nadie...

-Es momento de hablar con TaeHyung... Y hablar en serio- dije, dirigiéndome a su habitación.

what will never beDonde viven las historias. Descúbrelo ahora