Perdida

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Y sin darme cuenta me volví a convertir en una niña pequeña.
Constante miedo a la oscuridad, el día de hoy prendí un foquito para mí cuarto.
Llevo un par de noches llorando junto a mi cama.
Constante necesidad de llenar la habitación de cosas.
No me siento bien, no me siento yo, todo se siente tan irreal.
Tengo dos peluches ambos los abrazo, me hago bolita para fingir que me abrazan.
No sé que pensar, no se que sentir, no se que hacer para sentirme yo otra vez.
El corazón empieza a latir lentamente, no hay nadie al rededor, busco mi voz y no la encuentro, mi cuerpo se a paralizado, y las lágrimas comienzan a brotar.
Me he quedado así por días, tal vez semanas y puede ser que un mes, pero todo se siente tan relativo, todo pasa tan lento, que de repente he sentido que se me ha pasado una vida.
El viento suele susurrar, suele golpearse bruscamente en mi ventana, a pesar de eso comienza a cantarme, hace un silbido que te llega al alma, la alimenta y la tranquiliza; por un tiempo me ha acompañado pero por mera casualidad él falta hoy también.
El día y la noche se vuelven uno, no hay diferencia sobre ello, es como si el mismo cielo tuviera espacio para el sol, la luna y las estrellas juntas al mismo tiempo, un hermoso caos, sonrió levemente por qué se ve increíble.
Puede ser que estoy drogada, puesto que he sentido que levito, el jarrón de flores de la mesa parece estar hablando, se dirigen a mi, me insitan a ver lo que hay en la ventana, es un buen momento para recordar que estamos en un séptimo piso, me logro levantar, me tambaleo de un lado a otro, y al asomarme a la ventana caigo inevitablemente pero no llegué a ningún lugar, solo flote y flote en un vacío constante, y todo se volvió oscuro.

Susurro De Melancolía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora