𝗘𝗣 𝟬𝟭 | 𝓟olvillo de hadas

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—¡Por favor, mátame!

De todas las cosas por las que alguien podría ponerse de rodillas y rogar, Soobin no pensó que esta fuera la que escucharía más seguido. De hecho, nunca esperó que alguien se hincara a sus pies y juntando ambas manos frente a su pecho le rogara por cualquier cosa, por más mínima o enorme que ésta fuera.

Dado el caso de que al parecer es algo que le sucede más seguido de lo que podría sucederles a otras personas, Soobin piensa qué hay muchas otras cosas por las que alguien podría rogar en vez de la muerte. Lógicamente existen cosas que la gente desea mucho más que la muerte y por las que podrían sucumbir ante alguien más para implorar con lágrimas en los ojos, cosas más típicas y también más difíciles de otorgar. Por ejemplo, el amor, "No me dejes, te lo ruego" podría ser una de las frases más usadas, o tal vez "Te imploro que me dejes ir" que bien podría ser la contra parte de la primera, y por supuesto, siempre se puede pedir por la salvación. La salvación es lo que todo el mundo anhela y lo que constantemente busca, "¡Ten piedad de nosotros!".

¿Pero la muerte? ¿Por qué alguien que lo único que desea es ser salvado, ruega por poner fin a su vida? Soobin no necesita pensar mucho en el tema pues conoce la respuesta muy en el fondo.

La muerte es la única salvación, al menos para el mal del hombre arrodillado a sus pies. Tan sólo ver al sujeto frente a él retorciéndose en el suelo de ese viejo, le trae recuerdos que la mayoría del tiempo permanecen enterrados en lo más profundo de su memoria.

Ha pasado ya un tiempo desde que se vio en el mismo lugar que el hombre moribundo, suplicando por morir. Ha pasado bastante tiempo desde que sintió aquella sensación, hace más de un siglo, probablemente en el momento en que tenía una enfermedad mortal que absorbía la vida de su cuerpo, un doloroso mordisco que punzaba en su piel y la sangre de un vampiro bajando por su garganta. Soobin puede aún recordar estar de pie detrás de una antigua capilla, con una mordedura fresca en el cuello y el dolor del veneno corriendo por sus venas, por todo su cuerpo, amargamente lento; amargo como el fuerte sabor metálico de la sangre y el ligero gusto saldado de las lágrimas mezclándose en su lengua. Para algunos otros hombres, la muerte debe haber sido su mayor temor; llenos de pavor esperando algo que llega sin previo aviso. Pero para él había sido lo único que podía salvarlo de la tortura que podría haber sido no morir en ese mismo momento.

Justo ahora, puede sentir las casi invisibles marcas de mordedura en su cuello punzando una vez más, como deben de estar doliendo al hombre hincado frente a él. Soobin recuerda el dolor expandiéndose por cade nervio, sus músculos tensarse y su garganta restringirse al ancho de una pajilla. Casi puede sentir gotas frías de sudor resbalando por su sienes, sudor pegajoso y helado que sólo podría ser descrito como sudor de miedo.

—¡Mátame, por favor, mátame! —el hombre repite, entre gemidos y aullidos de dolor. Pupilas dilatadas completamente oscurecidas por el delirio, piel aceitunada perdiendo rápidamente el color, y labios amoratados agrietados y secos, sedientos de sangre— Te lo ruego.

El hombre agoniza. No obstante, Soobin lo mira como si nada de gran importancia estuviera sucediendo frente a sus ojos, manteniendo sus recuerdos y reacciones bajo control, cuidadoso de no mostrar lo que está pasando dentro de su cabeza. En cambio, simplemente se recuesta para sentarse encima de una antigua mesa de comedor larga, los bordes se clavan en la parte posterior de sus muslos y la parte trasera de sus pantalones de cuero negro roza la madera con un extraño sonido pegajoso. Cruza los brazos sobre su pecho mientras lo mira. La posición le permite parecer poderoso, en control. Entonces, el hombre tiene que mirarlo hacia arriba y, por lo tanto, lo hace parecer como si estuviera debajo de él.

—¿Quieres morir? —Soobin pregunta, inclinando la cabeza un poco mientras levanta las cejas hacia el hombre, sonriendo al ver su costoso traje color crema ensuciarse con el vino tinto que derramó del vaso que se le cayó de las manos cuando fue mordido. El líquido rojo se encharca sobre la superficie de madera y le recuerda a Soobin la sangre fresca, cálida y brillante— ¿En verdad quieres morir?

Teeth and fangs | yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora