Parte 3

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Astrea.

-- ¿Un trato? - él asintió - Mmm... No. Pero gracias - estaba por irme.

Él me agarra del brazo y me pone contra las taquillas.

-- Hey, hey, relax - dije yo alejándolo un poco.

-- ¿Puedes esperar?

-- No.

-- Si ni siquiera has escuchado de que va.

-- Yo no hago tratos con gente que no conozco, mejor dicho con nadie en general, así que no. No me hace falta escucharte porque ya se la respuesta. - Dije yo muy convencida.

Estaba por intentar irme, cuando el dio un golpe en las taquillas, poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza y acercando su cara a la mía, por unos segundos me perdí en su mirada, hasta que habló, entonces me quede mirando fijamente sus carnosos y deseables labios, hay me di cuenta que él hacia exactamente lo mismo que yo y sonreí, provocándolo a que me besara. No se porque lo hacia yo no suelo ser así, pero es que este chico tiene algo interesante, quiero saber a que saben sus labios, pensé. Se le entrecorta la respiración yo lo noto, me encanta, con una mano me toca la mejilla.

-- Ufff, ¿siempre eres así? - dijo él haciendo un gran esfuerzo por mantener la concentración.

???

Joder, esta tía me esta volviendo loco, tiene una piel tan suave, daría lo que fuera por saber si todo su cuerpo es tan suave como su mejilla, quiero besarla.

Relájate Jim. No has venido aquí para esto, recuerda trabajo, esto es trabajo - me dije a mi mismo.

Pero la verdad es que me resultaba irresistible.

-- ¿Así como? ¿Cómo soy mmm... -dijo ella haciéndome una señal para que dijera mi nombre.

-- Jim

-- ¿Cómo soy Jim? - Dijo ella apoyando sus manos en mi pecho y acercándose un poco mas a mi, no nos separaban ni tres centímetros.

Mierda que bien sonaba mi nombre en sus labios, me a recorrido un dulce escalofrío por la espalda.

Se labio los labios, ohh como deseaba que esa lengua hubiera lamido los míos, estábamos tan cerca notaba su aliento mentolado en mis labios. Esos labios parecían tener tanta hambre.

-- Pues así de impulsiva, cabezota, que no deja a los demás hablar, siempre con un comentario mordaz para todo y todos - dije yo entrecortadamente me costaba hablar, teniéndola tan cerca.

Ella asintió e hizo el ademán de besarme pero no me beso, eso pudo conmigo, mantuve su cara entre mis manos y la bese profundamente, ella no se alejo si no todo lo contrarió se pegó mas a mi, me rodeo el cuello con sus brazos, me daba pequeños tirones de pelo que lejos de hacerme daño me excitaban mas, la agarre por la cintura y la pegue mas a mi para que pudiera notar mi gran excitación por ella.

Se separo de mis labios, me dolió su ausencia.

-- Si que a sido una buena conversación y muy productiva - dijo ella en mi oído, como me ponía esta chica.

-- Si - Dije yo. Se separo del todo.

-- Bueno pues hasta otra Jim a sido agradable conocerte. - Dijo ella guiñándome un ojo.

Astrea

-- Espera por favor - parecía tan desesperado que lo hice.

Observe como se sentaba en el banco central del vestuario. Parecía deprimido.

-- ¿Qué pasa? ¿Es que no te gusto el beso? - Dije guiñándole un ojo, el sonrió.

-- No, no es eso, estuvo fantástico aunque me hubiera gustado que durara mas. - Me sonreía pícaramente. Me gusta la personalidad de este chico.

-- ¿Y entonces que es? venga que por una vez te escucharé ¿Cuál es ese trato tan importante que tenías que hacerme?

-- Veras es que yo al igual que los que me acompañan somos policías.

-- ¿¡Policías!?

¿Por qué tenía que ser un policía? Con lo guapo que es.

-- Si policías ¿hay algún problema con eso?

-- Si, si que lo hay - estaba enfadada, pero no tanto con él, si no conmigo misma. Por no haberme dado cuenta antes, no me gustaban los policías.

Ellos no habían conseguido atrapar a los asaltantes de la gasolinera, que habían provocado todo lo que sucedió y luego huido del lugar.

Lo prometieron, pero hasta ahora nada, por eso decidí tomarme la justicia por mi mano, hacerme mas fuerte, no confiar en nadie, menos voy a confiar en un policía y hasta ahora lo he conseguido, no voy a echarme atrás en mis decisiones.

Él me miraba confundido, se levanto y se acerco a mi, yo me aleje, al parecer eso le dolió, lo digo por la cara que puso, yo no entiendo porque si apenas nos conocemos de media hora y no se si llegara a eso.

-- ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? ¿Por qué te has enfadado tanto por eso?

-- ¿Estabas tan deprimido por ser policía? Lo entiendo, ¿pero que tiene que ver eso conmigo? - pregunte yo cambiando de tema y reprimiendo mis emociones, volviéndome fría con él.

Jim.

¿Por qué ese cambió tan radical? No lo comprendo. Hasta apenas unos minutos el ambiente estaba tan caliente que podría quemar y ahora estaba tan fría como un tempano de hielo. Todo cambio en cuanto dije que somos policías ¿por qué? ¿Por qué no responde a mis preguntas y cambia de tema?

-- No, no es por eso - dije apenado y confundido por su brusco cambió de humor, hasta hace un momento nos estábamos comiendo a besos y ahora me miraba como si me quisiese arrancar la cabeza. - Lo que me deprime y me da vergüenza es que siendo unos policías experimentados como somos nosotros, tengamos que pedirle ayuda a un delincuente de poca monta como es La pantera.

Cuando la mire me di cuenta de lo que había dicho me había equivocado al elegir mis palabras, dejado llevar, me deje llevar, no estaba pensando cuando lo dije, solo exprese mi rabia y frustración, la había insultado. Joder y necesito su ayuda, que bien empiezo.

-- Te has dado cuenta que yo soy La pantera ¿verdad? Así que delincuente de poca monta. Mira para empezar no soy una delincuente y si lo fuera te aseguro que no seria de poca monta. - Se quedo un segundo callada y después suspiro resignada y dijo - ¿Para que necesita la policía a este "delincuente" según tu? - Dijo ella muy calmada, tanto que no me lo esperaba.

-- Veras, es que eres como un animal bien amaestrado... - me interrumpió, tengo la sensación de que he vuelto a meter la pata.

-- Bien, muy bien, vas cada vez mejor, primero delincuente de poca monta ni mas ni menos y ahora animal amaestrado, o espera bien amaestrado, si quieres convencerme lo estas haciendo muy bien, me encanta. - Dijo ella, sigue estando muy calmada, demasiado para mi gusto y por raro que parezca eso me pone nervioso, se me hace semejante a la calma antes de la gran tormenta.

-- No, me refería a que seas un animal, si no a que luchas tan ferozmente como uno, pero a la vez tienes un control sobre tus movimientos impresionante o eso es lo que me han contado, eres veloz, fuerte e implacable, sabes golpear a tu oponente donde mas le duele. - Dije yo intentando arreglarlo pero todo lo que dije es verdad o eso decía el informe que me dieron.

-- Y ahora me haces la pelota - dijo ella molesta, dios, no se que decirle a esta chica para que este contenta y tengo la sensación de que nunca lo conseguiré saber.

-- Da igual - sacudí la cabeza - te necesitamos para atrapar a este hombre. Fernando Arcaza.

De la chaqueta me saque una foto del hombre en cuestión y se la pase.

Ella en cuanto la vio se quedó blanca, me asuste un poco pero enseguida cambió, sus ojos destilaban una mezcla de furia, rabia, dolor y odio, que nunca podría haber imaginado ver en un rostro tan calmado y controlado.

-- De acuerdo, lo hare.

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2022 ⏰

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