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Elizabeth Hopper es una mujer independiente y de carácter fuerte, tras descrubir que su padre estaba con vida decide dejar todo atrás por ir a rescatarlo sin saber que conocería al hombre que le pondría el mundo al contrario.
Espero que les...
Antonov me había dejado con la duda, pero aun así fui a Rusia.Estábamos en una biblioteca abandonada, ahí íbamos a refugiarnos hasta que pudiéramos como conseguir volver a Estados Unidos. Me encontraba en uno de los cuartos cambiándome de ropa.Minutos después escucho la puerta, me volteo rápidamente y veo a Dimitri.
-¿No sabes tocar?-digo. -Lo siento, Hopper me dijo que te avisara que volvía en unos minutos,fueron de vuelta a la cárcel- -¿Que?-lo miro confusa. -No me preguntes, no lo se-dice.
El se queda observándome.
Me quedo viéndolo y levanto mis cejas haciendo referencia a "¿que?" El solo baja su cabeza con una sonrisa.
-¿Y Yuri?-termino de ponerme la camiseta. -Afuera-dice haciendo una cara graciosa. -¿Tienes nicotina?-el asiente.-Por favor!!-salimos.
Después de media hora vuelvo a entrar por el gran frío que hacia afuera. Me quito la ropa ya que esa estaba con un poco de nieve y me acerco a el fuego para calentarme un poco, escucho unos pasos y me volteo.
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-Deja de mirarme así-digo temblando.-Estoy helada-lo miro mientras mis dientes chocaban y el ríe.
El no deja de mirarme.
-Dimitri!-digo y el sonríe. -Perdón pero es inevitable americana-dice acercándose.
Mis nervios comienzan a salir a flote mientras el se acercaba,retrocedo un poco,el se acerca demasiado a mi me mira unos segundos y estira su brazo hacia atrás de mi agarrando ropa de la caja.
-Quiero cambiarme también, esta ropa esta llena de sangre-dice quitándose la ropa frente a mi. -Pensé...que habias jugado mal-digo mirándolo.
Me volteo para no verlo desnudo, trataba de calmar mis nervios y mis ganas de brincarle encima y comérmelo. Era un Ruso bastante guapo.
-Tranquila...no me molesta que me mires-suelto una carcajada por el nerviosismo y me volteo lentamente.
El solo tenia su bóxer puesto, mientras enderezaba la camisa que se pondría me miraba.
-Así que...las cosas se salieron de control, ¿no?-el solo me observa mientras se viste.
Miro todo su abdomen y vuelvo a mirarlo. Era inevitable no mirarlo.
-Pues si, no pensé que Yuri...fuera a jugarme mal-dice. -Es un criminal-vuelvo a voltearme y pegarme para el fuego. -Es por eso que confíe en el-no digo nada.-Pero...ya tienes a tu padre junto a ti, es lo que querías-dice. -Yo....conseguiré el dinero, te lo daré por ayudarnos-lo miro. -No hace falta-me dedica una sonrisa forzada. -Pensé que era lo que querías-comienzo a vestirme nuevamente. -Era lo que quería-dice bajando su cabeza.-Pero ahora eso es lo menos que me importa, pude escapar gracias a ustedes-dice y le dedico una sonrisa. -Supongo...que ahora volverás con tu esposa, ¿cierto?-el cambia la cara. -No-dice sin mirarme.
Lo miro confusa por lo que acaba de decir, note su incomodidad así que decidí cortar la conversación.
-Mi esposa esta con otro hombre-lo miro algo sorprendida.-Ahora...nueva vida para el Ruso-dice.-Malditas mujeres-dice.
Yo solo le dedico una sonrisa por el tono en que lo dijo y me acerque a el mirándolo a los ojos.
-Yo pienso que los malditos son ustedes que no pueden vivir sin nosotras-le dedico una sonrisa y salgo de allí.
