Haruchiyo conoció a su héroe, pero no de la forma que esperaría, ya que nunca le dijo que en realidad era hombre.
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Basado en un cómic de @kolkol2468 en twitter
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Miren, él nunca había planeado casarse en su vida. El enamorarse y llegar al altar para eventualmente formar una familia nunca pasó por su cabeza, al menos no a sus 27 años cumplidos, después de haberse estancado en su vida como un patético empleado de DVDs y con apartamento tan pequeño que apenas cabía, él no tenía planes a futuro.
Así que he aquí su sorpresa cuando no sólo se reencontró con su primer y único amor de la infancia, sino que también regresó más hombre que él mismo y con la idea que cumpliera la promesa de casarse.
— Y-y yo los declaró marido y mujer —, el Padre que oficiaba la ceremonia temblaba y sudaba, — Ya puede besar a la novia —, su voz tiritaba al igual que sus dedos que tomaba un paño blanco para secar su sudor, sus ojos estaban fijos en la pistola que lo apuntaba directamente.
Takemichi intentaba mantener su sonrisa, solo viendo cómo por fin bajó el arma Sanzu para poder levantarse el velo. Era un poco raro de ver, la persona dentro de la relación que era increíblemente más alto y robusto usando un vestido blanco de novia.
Sanzu sonreía extasiado, era obvio que en esos años que no se habían visto había perdido algunos tornillos. Tomó de la nuca a Takemichi para posar sus labios en los ajenos, dándole así un beso brusco y algo violento.
La boda se realizaba en una pequeña capilla, si no prestabas atención a los pocos invitados que en ese momento chiflaban y celebraban el casamiento de ambos, al igual de las armas que tenían consigo, uno podría decir que hasta era una linda boda.
Ambos se separaron agitados del largo beso, inconscientemente Takemichi se relamió los labios, acción que se le hizo provocativa al más alto por lo que se acercó a besarlo de nuevo.
— ¡Wuuuhh!, ¡Eso Sanzu! —, Ran vitoreaba y se reía al ver al novio más bajo que la novia, con las piernas temblando y con una mano golpeando para pedir oxígeno.
Los otros miembros se limitaban a aplaudir y hasta sentir pena por el pobre bastardo casado con el perro rabioso y drogadicto de Bonten. Gracias a que el novio no tenía familia ni amigos a los que invitar, el lugar estaba lleno de mafiosos.
— ¡Ah este es el mejor día de mi vida! —, dijo Sanzu al mismo tiempo que abrazaba al otro.
— S-si, el mío igual —, tartamudeo dejando que un sentimental Haru se pegara a él, dándole pequeñas palmadas en la espalda.
— Te amo —, susurro el más alto, — Ah, ahora seré Haruchiyo Hanagaki, que hermoso suena —, se río feliz.
Takemichi al escucharlo detuvo su mano, mirando la cabeza de su esposa para sonreír, — Si, suena muy hermoso —, lo abrazó con fuerza para después ir de la mano con él hacia la salida de la capilla, después de todo todavía faltaba la fiesta.
Sanzu pateó la puerta al pasar por la entrada de su nueva casa, un regalo de parte de Kokonoi para los recién cansados, sosteniendo a un Takemichi avergonzado se adentra hasta llegar al dormitorio.
