Ally nació en una familia disfuncional, sus primogénitos no congeniaban demasiado bien, ese motivo la llevo a pensar que el amor no era para ella, pero un día alguien cambio todo por completo.
Henry tomo algo del valor que en algún lugar tenia y lo empleo en el objetivo de solicitarle a Ally una cita, realmente deseaba conocerla personalmente, poder ver su rostro en persona, oler su cabello y quizá en algún momento entrelazar sus manos todo el conjunto le parecía demasiado encantador, evidentemente la noticia causo un enorme revuelo en ella quien sin pensar mucho la situación acepto inmediatamente.
El día de encuentro Ally se despertó temprano en la mañana (debía calcular cuánto tiempo restaba para llegar a la estación, puesto que Henry vivía en Kingston una ciudad algo lejana del lugar donde ella habita), luego busco en su closet el vestido más fresco y cómodo combinándolo con unas sandalias color beige, el combo perfecto estaba listo para afrontar el intenso calor puesto que en su ciudad era pleno verano.
Afuera el sol brillaba como nunca tal vez era una señal de que todo saldría bien (o eso pensó la jovencita), antes de tomar el taxi respiro profundo varias veces intentando calmar sus ansias luego se zambulló en el auto allí continuaba , inhalando y exhalando recordando alguna clase de yoga que vio en internet, a pesar de ello su ansiedad se incrementaba minuto a minuto, al llegar a la estación acomodo su vestido e intento arreglar rápidamente su pelo en ese instante miro su reloj, la joven palideció de golpe al ver que en unos instantes el tren de Henry se aproximaría , con gran energía troto hasta el andén intento mantener la calma aunque nada hacía desviar sus pensamientos de cómo sería el encuentro seguidamente comenzó a morder sus uñas sin parar, este era un hábito muy común en Ally...
Henry comenzó a descender las escaleras del tren a las 15:30 pm se acercó cauteloso hasta el andén con su mochila en la mano mientras que con la otra arreglaba su cabello castaño, sus ojos color avellana injustamente fueron tapados por unos elegantes lentes de sol que disimulaban muy bien el cansancio por las largas horas de viaje, al ver a Ally, Henry soltó su mochila y corrió a abrazarla, ambos sonrieron al verse, el abrazo duro algunos minutos mientras ambos reían alegres...
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