- ¿Qué es eso? quita esa cara de bobo - regañó Ume, con el celular en mano - arruinas la foto.
- Es la única que tengo - respondió atontado, nervioso y sin saber cómo actuar ante el desafío que enfrentaba.
No recordaba haber sentido tanto miedo como en ese momento.
- Ay, por favor - se quejó la chica. Rezongando, se giró a su cuñado - ¿le puedes pedir a tu idiota esposo que se comporte?
En toda la secuencia de fotos Gyutaro aparecía con un gesto gracioso de asombro y temor. Era la primera vez que tenía en brazos a su primogénito y temía lastimarle. Sus músculos estaban tensos, la posición de sus brazos era casi como la de un muñeco sin articulaciones. No lograba la posición adecuada y sentía que el bebé estaba incómodo.
Sus manos temblaban y jadeó aterrorizado cuando el bebé abrió los ojitos y le miró adormilado.
Bueno, realmente aún no podía mirarle, pero...
- Mierda, sabe que soy un idiota, me odia - se lamentó, tragando sonoramente. El bebé hizo una mueca, estaba a punto de llorar - ¡¿qué hago, qué carajos hago?! - paniqueó, mirando desesperado a Zenitsu quien solo se reía cubriéndose el rostro, recostado cómodamente en la cama.
- ¡Contrólate animal! - Ume le soltó un zape tronador - no digas groserías frente al bebé, díselo Zenitsu.
- Eres un chico malo - regañó el rubio en tono divertido y señalándolo con el dedo. Gyutaro se mordió los labios, agobiado - un chico muuuy malo - recalcó Zenitsu, esta vez con un tono bastante sugerente.
Los esposos intercambiaron miradas y se sonrieron perversos entre ellos.
- Agh, por favor - se quejó Ume, harta de su coqueteo bobo.
Y hubieran seguido así, de no ser porque el bebé comenzó a llorar.
Gyutaro dió un respingo y pasó de modo sexo al pánico. Sus arrítmicos brazos simplemente no le estaban ayudando a arrullar al pequeño y comenzó a sudar frío.
- Mira, ya lo hiciste llorar - volvió a regañar Ume - quiero al menos una foto decente - amenazó, apunto de soltarle otro golpe.
No iba a dejar que los nervios del papá primerizo arruinaran el primer álbum de su amado sobrino. Si tenía que abofetearlo para que entrara en razón, por dios que lo haría.
Finalmente, Zenitsu entró al desquite.
- Creo que ya es hora de comer, ¿verdad Haku? - el rubio le habló tiernamente.
El pequeño reconoció su voz. Gimoteó quedito, moviéndose incómodo entre las cobijas.
Ume se acercó al rubio para ayudarle, de mala gana, a levantarse de la cama.
- La enfermera dijo que necesitas descansar - sermoneó - además, ¿por qué traes puesta esa cosa? - señaló molesta, refiriéndose a la sudadera que Zenitsu vestía sobre la bata - pareces un indigente.
- Pero míralo - le dijo con infantil tono, señalando a Gyutaro, quien luchaba por tratar de coordinar sus brazos para mecer al bebé, fracasando penosamente - necesita una mano - sonrió arrogante, sintiéndose todo un experto y pasando por alto lo demás.
- Necesita un puñetazo - ofreció la chica.
La habitación seguía llena de regalos pero al menos ya tenían espacio para la cunita de Haku. La chica se había encargado de mandar la mayoría de regalos a la casa de la pareja y los que quedaban eran fáciles de esquivar.
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Antes del Sueño
General Fiction- ¡El bebé está en camino! - ¡¿El bebé, cuál bebé?! - ¡El que me hiciste, idiota! - Ah, si, ese bebé. Padres primerizos perdiendo la cabeza y una cuñada con ansias de arrancar cabezas. Bienvenido a la familia pequeño.