2. Promesa

334 72 4
                                    


Era viernes por la tarde, y Quackity no podía parar de hacer cuentas una y otra vez, percatándose de que el dinero simplemente no alcanzaría para el final del mes.

Puta madre, murmuró para sus adentros.

Pensó que no le quedaría de otra que acudir a sus viejas andadas, y la promesa que alguna vez le hizo a su madre le hizo pesar el alma.

Una última vez. Esta última vez y ya. Concilió con su consciencia.

Tomó sus herramientas de trabajo para lo que tenía planeado, y salió al atardecer, buscando refugio en la oscuridad de la noche.

Pasó demasiado tiempo pensando, convenciéndose de dar el paso.

No, esa mujer parece ser una madre de familia. No puedo hacerle eso.

Ese hombre se ve apresurado. Tal vez acaba de salir de una larga jornada de trabajo, no puedo agregarle eso a su día.

No, ese anciano ya es demasiado viejo para darle un susto como este.

Esa joven ya debe lidiar con lo suficiente en las calles, además, ¿cuánto más llevaría encima siendo una estudiante?

Su cerebro generaba excusa tras excusa, provocando que el tiempo pasara, y con ello la madrugada se había abierto camino hacia él.

Verga. No tengo tiempo de elegir ahora. A la chingada, el próximo wey que se asome será el desgraciado.

Se recostó en una de las bancas apartadas del ahora desierto parque, sinceramente esperando en su interior que nadie más tomara la decisión de presentarse en el desolado lugar.

Pero no fue así, dándose cuenta de ello al momento de escuchar las hojas secas de los árboles crujir bajo las pisadas de alguien más.

Se puso en guardia y se ocultó detrás de un árbol, del lado contrario a donde había escuchado el ruido.

Guardó completo silencio, y se concentró en agudizar su oído, siendo que la vista podía no ser su fuerte en esas circunstancias.

Quackity notó que bajo el ruido provocado por el andar del hombre y el viento al soplar, se abría presencia un sollozo.

Y el hombre se sentó en el mismo lugar que él desocupó hacía unos instantes. La posición perfecta para una intervención a sus espaldas, donde no tendría que ser notado.

Pronunció la típica frase que pensó no volvería a pronunciar, apuntando al sujeto al cuello con su arma, y el jadeo de sorpresa que recibió en respuesta de alguna forma provocó un mal sentimiento en el fondo de su estómago.

—Mierda. Yo... Yo no tengo nada para darte. —Escuchó el gangoso murmullo del hombre vestido con una sudadera.

—¿Cómo no, wey? Déjate de mamadas y cáele si no quieres que lo que caiga sea tu cabeza, cabrón.

—E-Es la verdad. —Su voz entrecortada temblaba por el llanto y el nerviosismo—. He dejado todo en mi casa- eh, la casa de mi exnovio.

¡Me lleva la verga! Maldijo una y mil veces.

¿En verdad, de todas las personas?

—Puedo darte mi ropa si quieres, si te sirve. No tengo nada más que ofrecer. —Continuó el hombre que mantenía sus manos levantadas en acto reflejo, sin atreverse a moverse un centímetro de su lugar.

—¡¿Cómo mierda se te ocurre salir tan descuidadamente en la madrugada sin nada que ofrecer, pendejo?! ¡¿Sabes el tipo de putos locos que hay allá afuera?! —No pudo evitar reclamar con molestia ante la plena sumisión del otro.

—En realidad no lo pensé. Yo... Sólo quería irme de ahí. Lo necesitaba. No me importó nada más. —De nuevo el llanto regresó, y fue imposible para Quackity mantener el irrisorio acto.

—Puta madre. —Masculló guardando su arma y dándole un empujón al otro, obligándolo a ponerse de pie—. Ándale, vámonos a la chingada. No vas a sobrevivir vagando solo a estas pinches horas.

Si la culpa había tratado de frenar sus planes aquel día, fue también la impulsora de la estúpida idea de ofrecerle a ese desdichado hombre un refugio por al menos una noche.

Una única y última vez.

Aunque probablemente esa promesa también sería rota.



...
[Imagen tomada de @/georgepatramanis4 en WeHeartIt]

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 13, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝓐𝓶𝓸𝓻 𝓪 𝓵𝓪 𝓶𝓮𝔁𝓲𝓬𝓪𝓷𝓪 ♡ LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora