Capítulo I

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Miro la hora en el reloj

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Miro la hora en el reloj. "Mierda, llego tarde y es solo el primer día de clases". Me dispongo a recoger la mochila del suelo y la chaqueta para irme cuando miro en dirección hacia la pared, no puedo aguantarlo, tengo que parar y cantar a mi manera el vídeo que se está visualizando en la tele de mi cuarto, el concierto de Pablo Alborán, porque acabo de empezar a escuchar los primeros acordes de Prometo y es que esta es la canción que más me gusta de él.

"Quiero volver a ser quien te amaba
Como un juego de niños
Volver al verde de tu mirada
Y secar la pena que hoy nos cala

Quisiera amanecer como antes, desnudo contigo
Curando el amor, rompiendo el reloj
A golpe de calor y frío

Y respirar lo que nos quede
Bailaremos nuestro tango en el salón
Si te atreves, no me sueltes"

Estoy cantando a todo pulmón, cuando escucho algo que me vuelve a la realidad:

—¡Casie, cariño, vamos que llegas tarde!— me llama mi madre desde la planta de abajo.

Vuelvo a mirar el reloj. Apago la tele y salgo corriendo escaleras abajo. Mi madre me espera ya en el coche.

—Buenos días, mamá— le saludo con una de mis mejores sonrisas, aunque ella no tiene esa misma expresión.

—¡Qué buenos días ni que nada! No puede ser que desde el primer día estés haciendo esto ya— vale, con eso confirmo mi mayor temor: está enfadada—. Venga abróchate el cinturón y pasemos por Mark.

Mark, bueno Marcos, es mi mejor amigo. Nos conocemos desde que estábamos en la guardería. No puedo imaginarme mi vida sin él.

Como es habitual, conecto mi móvil al reproductor del coche para escuchar a mi cantante favorito. Estoy tan concentrada cantando y deleitándome con su música que no me doy cuenta de que mi madre ha frenado el coche hasta que Mark cierra con un portazo la puerta del asiento trasero del coche.

—Casie me estoy empezando a cansar de Pablo Alborán— me dice mientras se pone el cinturón de seguridad, que parece que está hablando en broma, pero lo conozco bien y se que lo dice en serio.

—Imposib…

—Pero, ¿tú estás loca Casandra?— me interrumpe cuando se fija en mí por primera vez— ¿qué te has hecho en el pelo?

Escucho como mi madre ríe, decido ignorarlo, vuelvo la vista al frente y sigo tarareando la canción. 

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Filosofía, odio esa asignatura. Me reconforta pensar que tendré a Mark y Vicky. 

Nos adentramos por el largo pasillo que va desde las taquillas hasta la clase de filosofía charlando animadamente hasta que vemos a Vicky caminando en nuestra dirección. 

—Casandra María de las Mercedes Siloris— pongo los ojos en blanco ante semejante nombre inventado por ella, ¿cómo se te ocurre hacer semejante locura?

Al ritmo del fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora