En secreto

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La ventana de la habitación estaba cerrada, Iruka sentía que el ambiente era tan asfixiante que ni siquiera derribando la pared podría dejar de sentirse ahogado. El hospital nunca le había parecido ni un poco reconfortante, había pasado un largo tiempo sin estar allí.

Su respiración era pesada y su cuerpo pasó de sentirse adolorido a tener un adormecimiento que no comprendía. Su boca no respondía para pedir ayuda, tendría que esperar a que una enfermera llegase y, por lo que escuchó aún estando con los ojos cerrados, Tsunade estaría allí pronto para curarlo.

En ese momento se sentía tan agotado que no tenía fuerzas ni para angustiarse. Solo le quedaba existir sobre aquella cama, mirando al techo y de vez en cuando de reojo observaba el paisaje que lucía molestamente brillante.

Pasó un largo rato lamentándose por no haber sido más rápido, más fuerte...

Sabía que no ganaría nada quejándose y sobretodo quería mantenerse fuerte por Naruto. Había escuchado al chico armar un alboroto por los pasillos exigiendo que su antiguo maestro estuviera a salvo.

Pese a los muchos dolores de cabeza que Naruto desde siempre le había causado, le rompía el corazón no poder salir y decirle que estaba bien y que no había de que preocuparse. Ni siquiera él sabía si en realidad estaba bien.

El cansancio de Iruka continuaba creciendo y con él, la incertidumbre de si obtendría una respuesta a las interrogantes que le inquietaban.

Hizo el esfuerzo por mirar un poco más por la ventana. Unos días atrás, Kakashi se había ido en busca de aquellos que atacaron la torre Hokage.

Iruka se mentalizaba todos los días que tal vez llegaría la ocasión en que alguno de ellos jamás regresaría a la aldea, sobre todo lo pensaba por el jounin. Kakashi era muy capaz pero no era inmortal. Por más perdidas que hubieran cada año, el temor seguiría presente. Nadie jamás se acostumbraría a ver a sus compañeros morir.

—Iruka sigue sin reaccionar por completo, no está en un genjutsu y no hay respuesta total a los tratamientos —escuchaba a una enfermera hablar.

Iruka quería dormir pero sabía que se aproximaba una noche completa escuchando a la Hokage quejarse.

....

—Me alegra que estés bien, sensei —Naruto abrazaba efusivamente a Iruka negándose a alejarse de él.

—Naruto, si sigues llorando vas a poner triste a Iruka sensei —regañó Sakura quien luchaba internamente por no derramar lágrimas, estaba preocupada después de escuchar solo noticias malas respecto a la salud de su maestro.

—Estoy mucho mejor gracias a Lady Tsunade, no se preocupen. En poco tiempo estaré afuera para ir por ramen con ambos —Iruka respondió intentando animar a sus ex alumnos. Había recuperado completamente el movimiento y solo quedaba seguir en observación un poco más.

—Es mejor que Iruka descanse, podrán visitarlo más tarde —Shizune indicó, haciendo salir a las visitas de la habitación.

Iruka suspiró al encontrarse solo una vez más.

Las horas pasaron y el sol estaba por meterse. Iruka dió un vistazo nuevamente a la ventana.

Dejó de importarle si se recuperaría pronto o no, solo quería salir e ir en busca de Kakashi, al menos recibir noticias sobre su estado. Por un instante se preguntó si Kakashi también pensaba en él.

—Como si le importara —Pensó el chunin.

Kakashi siempre había sido distante y frío, incluso después de intentar entablar una relación amistosa con él por ser el nuevo sensei de sus queridos alumnos, las cosas no pasaban de simples saludos.

Tardó mucho tiempo en convencerse de que Kakashi no era un mal tipo, después de todo solo habían rumores extraños alrededor de él. En realidad se arrepentía un poco por darle tanto interés. Una cosa llevó a la otra y ahora su corazón se aceleraba al pensar el jounin de la máscara.

Iruka cerró los ojos con esperanza de quedarse dormido y olvidarse del dolor del mundo y principalmente para ignorar el dolor que le causaba estar enamorado de alguien que jamás lo miraría de la misma manera.

.....

El frío viento movía las cortinas. Iruka no recordaba que las ventanas estuvieran abiertas. No tenía fuerzas para levantarse, ni siquiera para abrir los ojos. Aún así, el frío no era molesto.

Le parecía escuchar el sonido de las ramas de los árboles. Podía escuchar algo de ruido a lo lejos, probablemente de otra habitación del hospital. Entre aquellos sonidos se colaba uno que no reconocía por completo. Por un instante creyó estar alucinando.

Intentó tranquilizarse. Solo un poco más y podría irse a casa.

Pasaron unos minutos e Iruka volvió a dormir. Quizás llendo a un mundo de sueños dónde podía amar libremente y no en secreto.

.......

Dentro de la habitación una persona se movía sigilosamente, con el uniforme ligeramente manchado de sangre y una mezcla de olor a tierra y sudor.

Se acercó a la cama y suspiró aliviado viendo que Iruka parecía estar a salvo. Una sonrisa amorosa y un sonrojo tímido pasaron desapercibidos en la oscuridad de la habitación.

—He vuelto. Perdón por la demora, me perdí en el sendero de la vida.

En secreto (KakaIru OneShot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora