primera parte.

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Hacía algunos momentos que el alcohol había dejado de efervescer dentro de su organismo, lo que suponía un estado de sobriedad en el que era plenamente consciente de lo que hacía, pero el descenso de la cantidad de alcohol en su sangre sólo había provocado que reflexionara por lo sucedido en las últimas horas.

Carre siempre había sido una persona muy cariñosa y de mucho contacto físico, era una cualidad muy suya demostrar su afecto a aquellos a los que amaba, nunca le acomplejó ser excesivamente cariñoso con sus seres queridos, incluso si había personas que decían que ser así era algo "poco masculino", siempre accedió gustoso a cualquier muestra de cariño a través del tacto, ya fuera abrazando a sus amigos, jugando con sus manos o colocando su brazo encima de sus hombros para mantenerse conectado a ellos, después de todo los quería y le gustaba demostrarles que así era ¿por qué habría de modificar la manera en que lo hacía sólo porque algunas personas decían que no era correcto?

Todas esas personas le podían chupar bien la pija.

Cuando conoció a Iván esto no cambió, incluso si él prefería mantenerse alejado, Rodrigo siempre encontraba la forma de saciar su necesidad de tocarlo, y aunque esta sed de tacto era algo normal en él, con Spreen siempre se sintió diferente.

Tenía alrededor de un mes sintiéndose extraño, quizá más tiempo, en realidad no se dió cuenta en qué momento sus pensamientos sobre Iván comenzaron a cambiar, al principio fue algo indetectable, pues estaba acostumbrado a ser invasivo en el espacio personal de sus amigos, por lo que le pareció muy natural querer acercarse un poco más a Iván una vez que comenzó a ganar su confianza, cosa que, curiosamente, ocurrió el mismo día que lo conoció en persona, pues a los pocos minutos de estar charlando ya estaban riéndose como estúpidos, más bien, Spreen se reía como estúpido después de cada comentario gracioso que Carre hacía, tal vez fue por esa conexión instantánea que Rodrigo se sentía tan unido a Iván; y así, a hora y media de conocerlo se vió golpeando ligeramente el brazo del más alto cada vez que se dirigía a él, sintiéndose satisfecho cuando escuchaba su burbujeante risa en respuesta a cualquier boludez que hubiera dicho.

En ese entonces parecía estar claro para él, Spreen era un pibe re piola con el que había conectado, y no iba a desaprovechar la oportunidad de hacer un nuevo amigo, le entusiasmaba seguir conociéndolo, salir de joda, hacer streams juntos, andar en la bici, ir a comer, cosas normales de amigos normales, pero no se dió cuenta cuándo fue que esto cambió.

De un día para otro se encontró sintiendo algo en el estómago siempre que se escribían por mensaje, cuando interactuaban por Twitter o cuando alguno hosteaba al otro, más de una vez suspirando y sonriendo cariñosamente después de haber escuchado su voz o haber hablado en WhatsApp, algunas veces incluso quedó extrañado ante esta reacción, pero todo empeoró cuando Spreen se mudó a Buenos Aires y comenzaron a salir muy seguido, ellos dos, solos.

Estas salidas que parecían inofensivas, en realidad estaban haciendo que dicha sensación en el estómago de Rodrigo se intensificara, y al poco tiempo, estar con Iván hacía revolotear el estómago de Carre tanto como lo hacía subirse a un juego mecánico potencialmente peligroso, aún así, estar con él se convirtió en una de las actividades favoritas de Rodrigo.

Cómo consecuencia de la cercanía, Rodrigo comenzó a adoptar nuevas costumbres.

Se encontró, por ejemplo, observando por momentos más largos a Iván cuando estaban juntos, inconscientemente acortando el espacio entre sus cuerpos y rostros, prestándole un poco más de atención cuando hablaba, mirándolo un poco más de lo permitido o dejando que sus ojos viajaran libremente por el rostro del más alto, en ocasiones deteniéndose en su boca por algunos segundos o perdiéndose en sus pensamientos mientras lo miraba a los ojos, e incluso cedió algunas veces a estos impulsos, intentando besar a Spreen en forma de "joda", además de esto, su necesidad de tocarlo aumentó, poniendo excusas para hacerlo todo el tiempo, y aunque en su mente siempre tenían sentido, esa noche comenzó a pensar que tal vez sólo eran justificaciones ante ese deseo latente de mantenerse en contacto con el más alto y tener su atención.

✃ on stream  [ 𝙧𝙤𝙙𝙧𝙞𝙫𝙖𝙣 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora