Un beatle en un bar de mal muerte en Nueva York, bastante surrealista y poco probable. Pero así comenzó esta historia de amor...
El japonés estaba bastante mal, aquel rubio que lo había flechado ya había conseguido tilino y después de imaginarse una vida juntos obviamente le dolió enterarse. Ese día tenía pensado embriagarse escuchando Ana Gabriel, Amanda Miguel, Selena y sus canciones de desamor hasta que alguien se sentó a su lado, lo reconoció al instante, era el mismísimo Paul McCartney, ¿qué hacía un beatle ahí?.
No supo ni como, ni porque empezaron a hablar, pero Paul tenía un tema de conversación bastante interesante; Aimep3 y los furros. Eiji quedó flechado con McCartney, era guapo, divertido e interesante, básicamente era perfecto.
-¿Quieres ir a mi casa?.- Preguntó Paul.
-Emm, bueno primero tengo que avisarle a Ibe y...
-Oh, si quieres yo hablo con él y le digo que no se preocupe, que estás en buenas manos.- Dijo Paul con una sonrisa tierna.
-Bueno, esta bien.- El japonés sonrío con un rubor en sus mejillas, quien diría que entro al bar otra llorar por un random y ahora ya había encontrado tilino.