Definitivamente, estaba perdida.¿A quién se le ocurre irse de la casa de sus padres cuando ni siquiera sabe cómo abrochar sus zapatos en menos de 10 minutos?
A mí, Scarlet Hufley, una persona la cuál ahora mismo depende de su mejor amiga para sobrevivir.
Primer año de universidad, no habían empezado las clases y yo ya estaba aterrada de entrar a ese edificio donde estaba mi futuro. No estoy preparada para estos próximos años en los que tengo gastos, tareas y muy pocas ganas de seguir respirando.
Aún no sé hacer una división de dos crifas correctamente, ¿Cómo pretenden que viva sola?
Caminé hacia el interior de aquel lugar con miles de pensamientos negativos en mi cabeza, los cuales se hacían más grandes en cada paso que daba. Cuando llegué al interior, me fijé en una joven tecleando en un ordenador, estaba sentada detrás de una gran mesa de madera oscura.
Dudé, no sabía si molestarla, parecía muy centrada en la tarea que estaba haciendo, pero prefería llegar cuando antes a la habitación en la que dormiría y pasaría mi tiempo a partir de ahora en ves de quedarme parada en la puerta de la universidad.
Cuando me decidí por ir a preguntarle, unas cuantas personas pasaron delante de mí, haciéndome casi tropezar por la rapidez en la que caminaban. De los tres chicos que habían, ninguno miró hacia atrás para ver si me encontraba bien, dudo mucho que sepan que estaba delante de ellos.
Con el ceño fruncido, me encaminé en el mismo rumbo que ellos, hacia la joven, la que ahora estaba con su vista alzada, mirando a los chicos.
— Vamos, las habitaciones son de dos, por una persona más no pasará nada – Comentó uno de ellos, tenía el cabello rubio y era pecoso, podría jurar que es el más bajo de todos – Haznos ese favor.
— Como os comenté estos tres días que han estado viniendo a preguntar lo mismo, no puedo hacer eso. Distribuyan se como quieran, las habitaciones son de dos.
La chica tenía una voz bastante aguda, molestaría a cualquiera si no sonara tan segura.
— ¿Porqué tienen que ser de dos? Es totalmente injusto que no nos dejen socializar como queremos, somos jóvenes.
La lógica del joven moreno era bastante peculiar e incorrecta. No por tener habitaciones de dos tendríamos que dejar de socializar, quería decirlo, pero me mantuve callada detrás de ellos esperando a que terminen de una vez.
— Logan, creía que eras el que más razonamiento tenía, que decepción – Negó con su cabeza, disgustada. Cuando levantó la vista de nuevo, se fijó en mí, haciendo que mi cuerpo sintiera un pequeño escalofrío – Ahora, perdonen, pero hay una chica que seguramente tenga más problema que ustedes.
Cuando todos me estaban mirando sentí que quería encoger y hacerme diminuta en ese momento, no me gustaba ser el centro de atención, quería matar a la persona que me delató de mi escondite en este momento.
— Pues entonces que se espere, estábamos nosotros primero.
— Necesito encontrar una habitación – Pronuncié, ignorando el comentario del moreno.
Él alzó sus cejas, aparentemente divertido de que haya pasado de lo que dijo. Antes de que la chica pueda contestar, se puso delante mía, estirando su mano hacia mí.
Me sentí muy pequeña estando tan cerca de él, ya que era notablemente más alto que yo, estreché su mano con mis nervios a flor de piel.
— Encontré a mi compañera de habitación, soy Logan Schollet , tu compañero.
Reí ante su seguridad al decirme eso, solté su mano mientras negaba con mi cabeza.
— Lo siento por destrozar tu imaginación, pero ya tengo compañera, soy Scarlet Hufley.
Y ahí, empezó la historia que más me costó escribir pero la que más me gustó vivir.
Empezó nuestra historia.
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El Significado de tu Sonrisa
RomanceDos artistas. Un músico y una escritora. Un chico al cual no le gusta estar encerrado. Una chica que se encierra en su casa para estar segura. Ella escribió su historia y el la cantó, dejando un libro sin final y una canción sin terminar. ¿Será el...