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El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte, los rayos dorados filtrandose a través de las cortinas de lino de la habitación del hermoso hotel costero donde estaban. Wooyoung se estiró bajo las sábanas, sonriendo apenas despertar al oír las olas chocado justo como hacían el día antes, desde hace tres días, algo tan lindo que solo las mañanas en este lugar le han podido ofrecer.

Por primera vez en muchísimo tiempo, no tenía horarios que cumplir, entrevistas en las que participar, ni coreografías que practicar con sus compañeros de grupo.

Estaba de vacaciones, podía hacer lo que se le viniera en gana.

Un lujo que muy raras veces podía permitirse, pues su tiempo libre estaba dedicado a visitar a su familia o de vez en cuando salir con los demás miembros de Ateez, entonces tener dos semanas para viajar fuera de Corea era algo que el disfrutaría cada segundo.

Frotó con cuidado sus ojos para despejar el sueño aún presente en él, se giro sobre su costado hacia donde la cama se hundía bajo la silueta de su compañero de viaje, sus mejillas adquirieron un suave rosa y su corazón dio un vuelco en su pecho que lo hizo suspirar ante la sola vista. Felix estaba ahí, aún dormido, con la camiseta de Wooyoung desabrochada dejando al descubierto su hombro y su clavícula bañada de hermosas pecas. El cabello rubio le caía suavemente sobre su frente, enmarcando sus facciones en un ángulo que Wooyoung podía admirar por siempre si eso fuera posible. Había algo tan increíblemente íntimo y vulnerable en la forma que Felix dormía junto a él, envuelto en una de sus camisas favoritas, que su pecho se infló de puro orgullo.

Wooyoung se apoyo sobre su codo, enterrando su nariz en la desordenada cabellera rubia con una sonrisa en sus labios que quería esconder. Ya había visto a Felix en muchas situaciones diferentes, bajo las luces brillantes del escenario, en sesiones de fotos luciendo más que perfecto, bajo poca luz mientras hacían el amor y en momentos de agotamiento cuando el trabajo era simplemente demasiado.

Lo conocía en millones de escenarios y no había ninguno que no le quitara el aliento. Pero esta versión de Felix, tan hogareña y suya, era algo a lo que Wooyoung estaba dispuesto a atesorar y guardar en su palacio mental por la eternidad.

El sonido de las olas rompiendo se hacia más claro ahora que ya había despertado completamente, creaban una sinfonía natural que parecía sincronizada con los latidos de su corazón. No quería despertar a Felix, no cuando se veia tan calentito y cómodo, pero tampoco podía resistirse a la tentación de acercarse un poquito más a él.
Asi que lentamente, se deslizó un poco más abajo, hasta depositar un casto beso en la punta de su nariz y el corazón sobre sus labios, cuidando el no perturbar su sueño.

Aunque falló en su misión, pues apenas sus labios tocaron la piel del pecoso, este se removió un poco en las sábanas, su boca curvandose en una sonrisa somnolienta y divertida mientras sus ojos trataban de acostumbrarse a la luz de los rayos de sol que se colaban entre las cortinas.

—Buenos días. —balbuceo, su voz más ronca de lo normal por causa del sueño, mientras sus ojos cafés, tan risueños y grandes se encuentraron con los de Wooyoung.

—Buenos días, pastelito, —respondió Wooyoung, acomodando un mechón rebelde de su rubio cabello detrás de su oreja —¿Dormiste bien?

Felix asintió, acurrucandose cerca del cuerpo de Wooyoung, con su rostro escondido en la curvatura de su cuello mientras este le acariciaba la mejilla con su pulgar —Siempre duermo bien cuando estoy contigo, hyung.

El comentario hizo sonrojar de nuevo a Wooyoung —Eso es bueno... Te ves muy bonito con mi camiseta, no me di cuenta cuando la robaste anoche.

Felix rió contra su piel haciendo un poco de cosquillas, se apartó de su cuello y levantó la vista para encontrar los ojos de Wooyoung —Es mi favorita... espere a que estuvieras dormido para tomarla. —Sus delgados dedos recorrieron la mandíbula de su novio, rascando la barba apenas visible, incapaz de apartar las manos de su cuerpo.

—Si tanto te gusta, puedes quedartela, mi amor.

Felix hizo un sonido gutural muy parecido a un ronroneo, contento con su nueva adquisición —Debería darte algo a cambio en ese caso.

Wooyoung le respondió con un beso largo en sus labios —Eso suena malditamente perfecto.

Felix vuelve a emitir un sonido de  apreciación por los besos y las caricias en su piel, movió su pierna para enredarla con la de Wooyoung mientras se inclina sobre el para robarle un nuevo beso, esta vez más casto he inocente —¿Qué te gustaría hacer hoy? —preguntó con curiosidad, su voz siendo suave y amorosa mientras volvía a rascar la mandíbula del moreno. Wooyoung fingió pensar un momento, aunque ya tenía la respuesta desde que despertó y lo vio descansar tan profundamente.

—Mmm... ¿Qué tal quedarnos en la cama todo el día? Podemos pedir servicio a la habitación, ver el oceano desde la terraza y hacer... tú sabes. —termino su oración apretando su mano sobre el muslo del rubio que se apretó en su cadera, sacándole un jadeo por consecuencia a Felix.

Sus ojos brillaban por su travesura y Felix trato de cruzar sus piernas con las de Wooyoung para acurrucarse—Eso suena tentador, enserio, pero ¿Y si vamos a recorrer un poco más? No hemos visto los alrededores del hotel... estoy seguro de que vi muchos puestos ayer para comprar recuerdos—dejo un nuevo besito en la boca de Wooyoung —Además el hotel tiene una playa privada... podríamos ir allí y nadie nos molestaría, solo hay que pedirlo —se inclino lo suficiente para recostarse sobre el pecho de Wooyoung, acorralandolo en las sábanas, sin dejar de repartir besos en su mandíbula y mejillas, los cuales poco a poco se iban volviendo más humedos y duraderos.

—Podemos hacer eso, sí —gimió, permaneciendo quieto al sentir los traviesos dedos del rubio bajando hasta el elástico de su ropa interior —Pero con una condición.

—¿Cuál?

—Que uses esa camiseta todo el día. —respondió Wooyoung, acariciando el brazo de Felix con la punta de sus dedos, provocandole un escalofrío—Te ves tan lindo con ella, no quiero que te la quites —Felix cubrió la sonrisa en sus labios con el dorso de su mano, disfrutando completamente de los elogios que recibe.

—Esta bien... pero ¿y si decidiera no usar nada debajo, uhm?

La pregunta dejo a Wooyoung sin aliento, su mente llenandose de imágenes de Felix usando nada más que la prenda, justo como ahora, caminando descalzo entre la pasarela de las ferias y sobre la blanca arena de la playa.

Suspiro encantado.

—Sí, sí porfavor haz eso ¿sí? —suplico.

—Ya que lo pediste tan amablemente...

Felix termino por acomodarse sobre la ingle de Wooyoung, recostandose sobre su pecho y acariciando el costado de su rostro antes de besarlo con ganas, ambos demasiado ocupados en la necesidad de estar pegados como para preocuparse por algo más, el rubio chupo su labio interior antes de tirarlo entre sus dientes, lo cual provocó un quejido en Wooyoung que los hizo reír. Ambos compartieron una mirada cómplice, encantados de poder estar así el uno con el otro, solo besandose y coqueteando como debería ser siempre, ninguno quería que las vacaciones terminara. De nuevo fue Felix quien rompió el silencio, volvió a sentarse con la espalda recta, desabotonando los últimos botones de la camiseta para exponer su pecho y abdomen a Wooyoung, quien enrojecio furiosamente ante la vista de las mordidas que aún permanecían en los pezones del rubio. —Vamos a quedarnos aquí un ratito más, y ya después decidiremos a donde ir ¿esta bien?

Wooyoung aguanto un gemido al sentir su bóxer apretandose bajo el peso de Felix.

—Mierda, sí.

—𝑅𝑜𝑠𝑠𝑖𝑒🌷

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𓏲 ࣪₊ 𝗖𝗨𝗗𝖣𝖫𝖤 | 𝐖𝐎𝐎𝐋𝐈𝐗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora