Prólogo.

77 7 5
                                    

Era una mañana lluviosa, me levanté por el ruido de la alarma.

-Carajo, iba por la mejor parte de mi sueño. —dije para mí mismo.

Me levanté, me duché con agua caliente y me dirigí hacía mi closet.

-Bien, ¿qué me pondré hoy? Puede ser esta camisa o esta. Dios, ¿tan difícil es?

Terminé eligiendo una playera negra acompañado de una chaqueta de cuero, unos pantalones negros y unas botas.

Mi manager me mandó un mensaje diciéndome que debería estar en unos 20 min en el aeropuerto. Salí de mi casa y subí a mi auto.

Al llegar vi a mi manager.

-Hola señorito, ya está reservado su asiento en primera clase.

-De acuerdo, ¿tienes todo listo, Andrew? —pregunté.

-Así es, todo se encontrará en su departamento cuando llegue.

-Bien, ya me tengo que ir. Cuida de mi hermana y que no se entere que fui a Corea, por favor.

-Sí, señorito. —asintió.

Me despedí de Andrew y fui hacia la entrada del avión.

-Su nombre y boleto, por favor. —dijo una azafata.

-Mi nombre es Okumura Raiden, y aquí tiene mi boleto. —dije entregándoselo.

-Muchas gracias, señorito Okumura. Pase.

-Gracias a ti, linda.

Subí y me senté en el asiento. Al paso de unos minutos una azafata se acerca.

-¿Se le ofrece algo, joven? —me mira atentamente.

-No, así estoy bien. Gracias. —dijr amablemente.

Volví a mi mundo, saqué mi teléfono y le marqué a Lucas. Mi mejor amigo.

[Llamada]

L: ¿Raiden, qué mierda? ¿por qué me hablas a esta hora?

R: Lo siento, ¿te desperté?

L: Así es, idiota. ¿Por qué llamas tan temprano?

R: Quería avisarte que ya voy de camino a Corea del Sur.

L: ¿Tu hermana sabe?

R: No, y no quiero que lo digas. Quisiera que ella estuviera bien y que no se preocupara por mi.

L: Entiendo, pero no parará de preguntarme sobre ti.

R: Solo dile que hice un viaje de negocios a Estados Unidos, si pregunta más dile que es confidencial.

L: No me creerá, es igual de intuitiva que tú.

R: Solo muéstrate seguro de lo que dices, así no se dará cuenta hasta mucho después.

L: Para ti es fácil decirlo, eres el famoso Príncipe de la muerte.

R: Sí, pero ella confía en ti. Le gustas y lo sabes.

L: Lo sé y quiero pedirle que sea mi novia, pero no quiero ponerla en riesgo, bueno, más de lo que ya está.

R: Por eso mismo la tengo con vigilancia las 24 hrs. del día, así cualquier persona que intente hacerle daño será mandada a las jaulas en mi despacho.

L: ¿Estarán ahí hasta cuando llegues de Corea? eso suena muy loco.

R: Es correcto, será una pequeña tortura, mis hombres les darán las sobras de comida y 500 ml de agua cada día. Así sobrevivirán hasta que vuelva.

The Prince Of DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora