Pasan los años y ese hilo que los ata cada vez se enreda más,
tiene tantos nudos como días mudos,
yo ya me encargué de contar.
Es que en tantos años no me quedo
más que ad(mirar),
lo que muchos llaman amor
pero no saben que es el mal de amar
y a la fuerza amalgamar.
Tanto mirar sin 'ad' me convirtió en adepta a huir,
no sé saltar la cuerda,
no me ato a nada en esta tierra,
ni creo en la historia de los hilos
sean rojos o desteñidos,
huyo de un infalible destino.
Pasan los años y me pregunto cuándo...
y cuánto más habrá que tirar,
cuánta fuerza habrá que emplear,
para ver a ese hilo finalmente quebrar.
Porque esa fuerza ajena también es un poco mía,
porque si es mía la pena por qué no lo demás,
porque ese quiebre significa que mis sentimientos se puedan emancipar.
Ya no quiero esperar, ya no puedo esperar.