capitulo único

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estaba en mi cama, con mi celular, cuando mi papá entró a mi pieza (la puerta estaba abierta así que no tengo de que quejarme).

—amor, vamos a ir con tu hermana a la cancha, venis?— se veía apurado, y con esa sonrisita tan linda como le voy a decir que no.

—si obvio pa, banca que me cambio y voy.

—dale bebé.

hacia calor, MUCHO calor, así que me puse un pantalón largo, marrón y MUY holgado (odio mis piernas, por eso no un short, solo uso cuando estoy en casa), un top negro con el estampado de una araña y mis zapatillas blancas.

peine un poco mi pelo por que era un desastre y cuando lo considere "peinado" salí de la casa y me subí al auto de mi papá.

mientras les doy un poco de contexto: me llamo Lola (NUNCA faltan los chistes de "lolamento", son graciosos hasta cierto punto) tengo 14 años y vivo en Argentina, que lindo país... como se habran dado cuenta es verano, y yo odio el verano. unas de las razones por las que dije que si a venir a la cancha es por Mateo, el amor de mi vida, es el hijo de uno de los compañeros de equipo de mi papá... lo conozco desde que tengo 8 y en cuanto lo vi por primera vez supe que me iba a gustar toda mi vida. 
PD: no lo veo hace más de un año. 

>>hablando de mi de vuelta, mi pelo es castaño oscuro, mido 1.58, hago volley y básquet desde que tengo 10, tengo pecas, pestañas medio largas y ojos marrones, nada de otro mundo. por ahora es todo lo importante que tienen que saber.

llegamos a la cancha unos 10 minutos después, en cuanto bajé el aire caliente golpeó mi cara e inmediatamente me arrepentí de bajar, pero ya no había vuelta atrás así que caminé junto con nahi (mi hermana) y papá hasta donde estaba el resto del equipo. salude a todos con un beso en el cachete, excepto a Mateo, que estaba jugando con otra persona en una de las canchas del fondo, decidí ignorar el hecho de que era una chica... y también traté de ignorar el beso, pero eso me costó un poco más.

ni siquiera se porque pensaba que podría llegar a darme bola en algún momento, él siempre dejó muy en claro que éramos y siempre íbamos a ser solo amigos. pero tenía un poco de esperanza todavía, que se esfumó completamente en cuanto la agarro de la cintura y la besó.

limpie la lágrima que cayo en mi cachete para despues sonreir y ponerme a molestar a mi hermana, que hablaba por wattsapp con su novio, lauti. es muy buen chico y me cae muy bien así que no hay nada en él de lo que me pueda quej...

un grito me sacó de mis pensamientos pensantes, así que levante la vista para encontrarme a dos chicos rodeados de mucha gente, claramente no me quede atrás y me acerqué.

—tene cuidado bruja, que no te peguen. —papá me miro esperando una respuesta.

—si tranqui pa, no me voy a acercar mucho igual.—le sonreí y me acerqué al tumulto de gente, entre ellos Mateo y la chica.

—no sos nada, con un patada te parto—un chico un tanto alto y corpulento le hablo a otro. de lo contrario, este era un poco más bajo, con el pelo hasta los hombro y una bandana en la cabeza, muy lindo para mi gusto.

—fíjate si podes, pelotudito— el otro chico intento golpear al más bajo, fallando, ya que el otro se agachó y le dio una piña en la pera, haciendo que el de rulitos se vaya para atrás, le dio una patada haciendo que caiga al piso y comenzó a golpearle la cara haciendo que sangre mucho. definitivamente no pudo partirlo. me reí en vos alta por mi pensamiento, haciendo que un par de miradas, incluida la del chico de la bandana, se dirijan hacia mi.

—perdón, mal momento para pensar en un chiste—solte una risita nerviosa y mire al chico de la bandana a los ojos, era realmente lindo. el también me miraba, mientras seguía sosteniendo al chico abajo suyo para que no se mueva e intentara golpearlo— creo que ya entendió que no se tiene que meter con vos—el chico asintió con su cabeza y se levantó, dejando al otro todavía en el piso, se dirigió al baño y sin pensarlo iba a seguirlo.

LA CANCHA// Robin Arellano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora