El traidor de la familia Keller.

¡No mueras!

Suiza año 1860

Helena subió a la ventana, no lo dudo simplemente se abalanzó y mientras caía pensaba en Diego y en los momentos hermosos que habían tenido juntos. Helena recordo la vez en que lo conocio cuando apenas ella había cumplido 7 años y lo muy bien que se habían hecho amigos, al igual que la vez en que se volvieron a encontrar en la academia de música, el estudiaba piano mientras que ella violín, para Helena el momento más feliz de su vida fue cuando Diego confesó sus sentimientos cuando ella cumplió 14 años y la vez en que sus familias decidieron su compromiso. Un grito desesperado interrumpió los pensamientos de Helena, eran los gritos de su dama de compañía quien gritaba desesperadamente su nombre...el cuerpo de Helena ya había golpeado el duro suelo.

-¡Oh Dios mio!-Josefina grito desde la ventana incrédula de lo que su querida señora acababa de hacer

-¡Señorita Helena!-Lucas el caballero de la mansión quien estaba dando su recorrido de la tarde habia escuchado el grito de Josefina-¡llamen al medico de la familia rapido!-le ordeno a sus compañeros quienes acababa de llegar

Ayelen hizo acto de presencia preguntándose el porque todos estaban gritando, al ver el cuerpo de Helena supo de inmediato lo que habia sucedido.
Ayelen se acerco a Helena a verificar que aún seguia con vida, al revisar su pulso pudo ver que sus latidos eran débiles por lo que si no la atendían rápidamente podrían morir.

-Llamen al medico-ordeno Ayelen tratando de mantener la calma

-Ya lo hicimos señorita-Lucas Respondió a Ayelen

Ayelen solo asistió preocupada esperando que los daños no sean tan graves.

-¿No deberíamos llevarla a su habitación?

-No, cualquier movimiento seria arriesgado, no sabemos que parte del cuerpo recibió mayor impacto

En eso llego Josefina acompañada de el resto de la familia Keller, la condesa Victoria fue la primera en acercarse.

-Ayelen, ¿como paso esto?¿no la tenían vigilada?

-No lo sé lady Victoria, deje a la señorita Helena acompañada de Josefina

-La señorita me ordeno que la dejara sola...¡solo seguí sus ordenes!-Josefina se largo a llorar nuevamente, se sentía culpable de no haber podido proteger a su querida amiga- perdonenme fue mi culpa

-No se heche la culpa Josefina, usted solamente hizo lo que su ama le ordeno-trato de tranquilizarla Akame quien en esos momentos resistía las ganas de abrazar y consolar a aquella doncella-todos aqui tenemos culpa- pensó Akame derramó algunas lágrimas

-¡Ha llegado el medico!-grito uno de los caballeros

Agustín Krähenbuhl el medico de la familia Keller quien se veia extremadamente agitado, el medico se acerco a Helena y la examino por unos breves segundos luego de eso dio la orden de llevarla a su habitación para poder revisarla. Ya en la habitación de Helena todos se retiraron a excepción de Josefina quien se negó a dejar la habitación.

-Disculpe ¿como se encuentra mi señorita?

-Tiene heridas graves tanto en la espalda como en su cabeza-el doctor suspiro cansado-pero eso puede sanar en unas semanas siempre y cuando se mantenga en cama

-Que alivio-dijo Josefina suspirando

-El problema es la fractura que tiene en su brazo derecho, tardara demasiado en sanar