mi paraíso

cuídame

Se encontraba una adolescente descansando en una gran cama de colores entre rosa bebé y blanco con cojines en una gran y amplia habitación, de repente una escalera se asoma por el balcón y de esta trepa un adolescente un poco más grande que la anterior y entra a la gran habitación a ver a su pequeña amiga y pedirle escaparse con el ya que estaba aburrido en su casa

Se extraña de ver a la menor en la cama semi dormida pues ella siempre que ve sus mensajes lo espera despierta, y estaba seguro de que le mando un mensaje

Se acerca a la menor para despertarla y con suerte que no lo golpee por venir a esas horas y espantarla, era costumbre para ambos escaparse a medianoche a pasear de vez en cuando, a veces les acompañaban otros amigos de su grupo

Cuando la vio lo primero que noto fue su corto cabello todo desordenado como si fuera un nido de aves, lo cual le causó gracia y ternura, pero cuando la ve mejor nota que está sudando un poco, el peli blanco acerca su mano para ver su temperatura viendo que tiene una fiebre ligera, aún así se preocupa

-Sam?? Eres tu??.....- dice la menor de ojos marrones al de ojos azules con cierta dificultad

Sam- si soy yo Venus, que pasa? Te sientes mal? Vine a verte para salir pero creo que no leíste mi mensaje- dice viendo su celular en la mesita de noche al costado de la cama

La menor lo mira con un poco de vergüenza, no está acostumbrada al apodo "Venus" lo ve para gente bella y ella solo era linda

-deja de llamarme Venus, y si me siento mal, en la mañana tenía dolor de estómago y vomité en la tarde, ahora tengo fiebre, es horrible- dice lamentándose de su condición actual

Sam- bueno, quieres que me quedé contigo un rato? Tengo toda la noche libre- dice mirándola con comprensión

-puedes?

Sam-claro

-gracias...

Sam- de nada, ¿Quieres escuchar música?-dice para levantarle el ánimo

-si claro

Se la pasaron hablando y escuchando música hasta que la menor logro consiliar el sueño y en cuanto el de ojos azules lo noto salió de la zona devuelta a su casa volviendo por dónde vino, salto el balcón cayendo sin ningún daño y oculto la escalera en unos arbustos, camino un buen rato por las calles y entro a su solitario y calmado hogar a intentar dormir ahora él