El amante de las diosas

¿Cuanto tiempo había pasado? Demasiado, no lo sabía. Mi cuerpo quedó paralizado mientras la observaba. Era bellísima. Sus ojos eran azules y profundos, y me recordaban al dia que nos quedamos en la playa, el uno al lado del otro, viendo el sol salir por detras de las olas del mar. Entonces, un sentimiento extraño que no había percibido nunca antes me rodeó en su suave y cálido manto, debilitándome al tiempo que me relajaba. Creo que era amor. Había oido hablar de él pero no sabía que existiera realmente. Su presencia me incomodó. Estaba haciendo que comenzara a desvariar y dejara de pensar en lo que realmente importaba: huir. Traté de salir de allí sin que me viera, no quería luchar con ella, pero no lo conseguí. Fue entonces cuando me di cuenta de que era yo o ella. No podía permitirme ser misericordioso ni compasivo. Hube de arrancarle el corazón. Hoy en día continua persiguiéndome para vengarse. Al dejarle sin corazón había perdido también sus poderes, lo que me daba una ventaja para la próxima vez que nos encontráramos, pero no le había arrebatado la vida. Eso no podía perderlo por el simple gesto de arrancarle el corazón. Los dioses no mueren tan facilmente.