Se había quedado estático frente a la puerta, lágrimas derramándose y su mano extendida como si aún tuviera alguna oportunidad para alcanzar al chico que hace unos segundos estuvo frente a frente con él. Sus piernas y brazos temblaban, su vista se había vuelto borrosa y su mente repetía insistentemente todo lo ocurrido hace tan solo unos minutos atrás.
—He estado pensando, y creo que...
No por favor, no.
—Creo que esto -Dijo el pelinegro mientras se señalaba, luego al castaño y repetía.- esto no está funcionando, Jaemin.
Jeno, no, por favor.
—Lo mejor es terminar.
—Jen, n-no-... mira y-yo... prometo que-...
—Esto no es cuestión de ti o de mi, Na.
¿No me dirás Jaemin? ¿Cariño, Bebé, amor?...
—Simplemente ya no funciona. -Dijo mientras se encogía de hombros, evitando la mirada cristalina del menor.
Jeno al no ver reacción de parte del más alto estaba dispuesto a irse mientras murmuraba un lo siento, sin embargo el menor reaccionó justo a tiempo para poder tomar al pelinegro por la muñeca.
—Jeno-...
El mayor se soltó de repente, sin siquiera dejarle terminar.
—No. Yo no puedo, ¿okay?, no voy a-... no voy a cambiar de opinión.
Y dicho eso se fue.
Jeno se fue dejando un corazón completamente destrozado atrás mientras se llevaba el suyo en las mismas condiciones.
(...)
Enterró su cabeza en su almohada, buscando ahogarse entre lágrimas o asfixiarse, la que ocurriera primero realmente. Parecía que sufrir las próximas horas sería lo mejor, de todas formas, en algún momento debía dejar de llorar.
Dios, ¿Que había hecho?
Cuando creyó que terminar con Jeno era la mejor opción no pensó que dolería tanto. Sus ojos ardían cual infierno, su garganta estaba casi cerrada por completo y no importaba cuanto sollozara simplemente no hablar fin.
Él estaba sufriendo tanto.
Golpeó el colchón varias veces sin sacar su rostro de su almohada, demostrando en cada choque su frustración y arrepentimiento.
Golpeó una y otra y otra y otra y otra vez hasta que su brazo dolió lo suficiente.
—No tienes el derecho. -Se dijo así mismo entre sollozos.- Mierda, Jaemin, detente.
Pero no podía.
Por más que quisiera acabar con todo y desaparecer de la faz de la tierra no podía. Había lastimado tanto a Jeno en tan poco tiempo, ¡Había logrado su objetivo!
Pero no estaba bien con ello.
A veces lo que queremos no es lo mejor para nosotros y nos arrepentimos constantemente. Eso era algo que Jaemin estaba aprendiendo recién y, joder, desearía tanto no haber tenido que llegar a ese punto.
De la nada su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo haciéndole pegar un respingo.
Entre lágrimas e hipidos sacó el aparato de su bolsillo, al ver la pantalla vió el contacto de su hermana acompañado de su canción favorita, Love me de NU'EST.
Dios, era como meter sal a la herida.
Frustrado y sin preocuparse en detener sus lágrimas o espasmos colocó su teléfono en modo avión para luego lanzarlo a alguna parte de su cama y volver a enterrar su cara en su almohada como en un principio.
El silencio de su habitación era llenado por insultos que se lanzaba a si mismo entre murmullos o por los movimientos que hacía al jalar su cabello o golpear la superficie en la que estaba.
De repente simplemente se detuvo, luego de más de tres horas en lo mismo Jaemin finalmente se había agotado.
Su corazón dolía pero ya no había lágrimas que soltar. Intentó regular su respiración y como pudo lo logró.
Al final terminó boca arriba, abrazando su almohada mientras miraba el techo de su habitación, permaneciendo en silencio mientras dejaba que su mente fluyera como quisiera, atormentándolo de diferentes maneras pero sin lograrle sacar alguna lágrima de nuevo.
Jeno no había muerto o algo así para llorar tanto. ¿Esto no era lo que querías acaso, Jaemin?
Tragó grueso ante su propio pensamiento. ¿Como había arruinado tanto en tan poco tiempo?
Definitivamente era un idiota.
Sinceramente en ese momento deseaba no haber sido un cobarde o haber inventado planes inútiles que solo le harían sufrir. ¿Lo peor? que él sabía que algo así iba a pasar pero se negaba a pensar en ello.
Luego de un rato sufriendo en silencio decidió tomar su teléfono, quitó el modo avión y dejó que las cientos de llamadas perdidas de su hermana mayor se hicieran presentes entre sus notificaciones junto con sus múltiples mensajes.
Irene Noona
¿Terminaste con Jeno?
↪4:57pm1Jaemin, te dije que esto era egoísta y de todas formas continúaste .
↪4:57pm1¿Estás bien?
↪5:16pm¡Jaemin, respóndeme!
↪5:18pmJuro que si no me respondes en este momento iré a tu departamento, pequeño mocoso.
↪5:29pmJaemin no tuvo suficiente tiempo para pensar cuando la puerta de su habitación fue abierta con prisa y una chica de cabellos largos y castaños se apareció frente a él.
—¡Me tenías preocupada, niño! -Exclamó la chica mientras soltaba un gran suspiro de alivio al ver a su hermano en una pieza.
Entonces lo primero que Jaemin hizo al ver a su hermana fue echarse a llorar otra vez.
(...)
Un té de Jamaica caliente yacía en sus manos. El único varón de la familia Na estaba sentado -O acurrucado, más bien.- en el sofá principal de la sala de su departamento, su hermana mayor sentándose junto a él luego de entregarle la pequeña taza de porcelana blanca.
—¿Quieres hablar sobre lo que pasó? -Preguntó la fémina a lo que el menor negó con la cabeza.
Irene suspiró. Claramente su hermano se estaba cerrando a contarle toda la historia porque a-) o no confiaba o b-) la había cagado en grande.
Probablemente la segunda.
Irene solo sabía que Jaemin quería que Jeno le terminara, pero ni siquiera sabía muy bien qué cosas había hecho el menor para llegar a este punto.
—Mañana vienen mamá y papá... -Comentó la mayor luego de unos minutos, notando como el castaño se tensó al instante.- ¿Quieres que vaya contigo a recibirlos?
Luego de unos segundos que para la fémina parecieron eternos Jaemin asintió, tomando después algo del delicioso té que ayudaba ligeramente a su malestar en la garganta.
—Y-Yo... -Intentó hablar el menor pero su voz se rompió de inmediato.
Irene volvió a abrazar a su hermano, dejando que este reposara su cabeza sobre su hombro y que lo usara como pañuelo mientras lo mecía ligeramente como si fuera un bebé.
Y Dios, Jaemin parecía un bebé por las decisiones que tomaba.
Los hermanos Na se mantuvieron así por un rato. Jaemin realmente extrañaba a la castaña a pesar de que se veían y hablaban con regularidad, tenerla en un momento como ese era algo que agradecía en demasía.
Mientras Jaemin pensaba en cuanto agradecía tener una hermana cómo Irene, la mayor estaba enviando algunos mensajes de forma discreta a espaldas del menor.
Jaemin le agradecería luego.
Luego de que dejara su pobre camisa en paz, por supuesto.
~{✨}~
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Cómo Perder Un Novio En Siete Días / NOMIN (ADAPTACION)
FanfictionDonde Jaemin no le quiere confesar a sus padres sobre su sexualidad ni su novio. Esta historia no me pertenece tengo el permiso para hacer la adaptación Historia de @M_Hyuka