Hace algunos minutos atrás no imaginaba que ocurriría un desastre, a pesar de ser mi primer día de trabajo, sabia que iba a ser complicado pero a la vez pensé que trabajar en un cafetería sería sencillo: calientas el agua, esperas, disuelves el café, endulzas y los detalles los modificas a el gusto de los clientes.
Pero mi pequeño uniforme que hace una media hora antes estaba limpio ahora tenia manchas de cafe e incluso de salsa de tomate que aun no sabia como había llegado ahí. Mi cabello estaba desordenado y alborotado, a menudo mi cabello naturalmente era lacio.
Lo que estaba ocurriendo en ese momento parecía que era una película en una escena dramática, en la que la cámara daba vuelta a mi alrededo. Los clientes desesperados tocando el timbre, para que tomara su pedido, mientras el ruido de sus quejas retumbaba todo el local, el sonido de la cafetera llegaba a mi cabeza, con temor de que esa cosa explotara en algún momento, la leche derramada por la cocina, mesas sucias, algunos niños pequeños corriendo y tirando servilletas hacia arriba como si fueran copos de nieve y no había más trabajadores.
¿En qué momento había pasado esto?
Realmente lo sabía, y en parte de esto era mi culpa.
En algún momento esto estallaria y ese momento llegó.
*Una hora antes*
—Esta es la cocina—Me mostró la chica de cabello negro.— Y más atrás están los vasos desechables, los endulzantes, el mezclador, el refrigerador y obviamente el café.—Sonrio relajada.
Reí de manera simpática.
—¿Como te llamas?—Preguntó pasando sus manos atrás, en su espalda, con una mirada interesante.
—Alisha Turnet—Dije sonriendo de manera amigable.
—Mucho gusto, Alisha, mi nombre es Sahira.
—Que nombre tan creativo.—Dije
—Lo se, mis padres son raros y especiales. Bueno supongo que seras mi compañera de trabajo.
—Supongo.—Remarque y baje los hombros.—No duro tanto tiempo en algunos trabajos.
—¿De verdad?— Me miro con curiosidad.
Asenti.
—¿Cuanto ha sido tu mayor tiempo en un trabajo?
Pensé un momento, para recordar.
—Mmm...tres meses.— Mencioné.
—Guau, si que es poco.—Se sorprendió.—Pero ¿por que te han corrido?
—Bueno, una vez yo trabaje en una heladería.
—Uh-huh—Dijo para que prosiguiera.
—Pues sospecharon que yo me comia su mercancía y me corrieron.
—¿Y era verdad?—Preguntó.
—Si...—Dije apenada con risa.
Ella rio de manera contagiosa, que incluso yo quería hacerlo.
—Y así que ese fue el trabajo que te duro más tiempo.—Se tranquilizo un poco, pero aun quería reírse.
—No, el trabajo que dure más tiempo fue en un restaurante de hamburguesas.
—Déjame adivinar ¿te comiste las hamburguesas?
—De hecho fueron por dos cosas que me corrieron. Una fue por llegar varias veces tarde y quemar una docena de carne y dárselas a los clientes así.
Y volvieron las risas de nuevo. Esa chica tenia un risa muy contagiosa, que no era normal
Después de unos momentos nos pusimos hacer lattes, ya que tenían que estar frios, ya que según Sahira los clientes preferían el café en refrigeración que con hielo. Al momento de hacerlo platicábamos de momentos interesantes de nuestros trabajos.
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Los recuerdos al final brillan
Teen FictionTrabajar en una cafetería, ¿Que podría salir mal? La verdad es que el olor del café era tan adictivo, como podría ser también el estar con alguien.