Episodio 7: Su dolor, su elección.

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El sonido de la olas de fondo era como un arrullo, Ranma durmió tranquilamente hasta el amanecer. Ni bien había abierto los ojos, sus instintos ya estaban alerta, estirando su brazo para buscar a la otra figura sobre la cama. Sin embargo solo encontró un espacio vacío. Tanteó varias veces hallando una única almohada.

Mientras arrugaba el entrecejo abrió despacio los párpados, tratando de acostumbrar su visión a la luz. Entonces pudo vislumbrar que efectivamente, no había nadie a su lado. Temeroso, se sentó de golpe sin poder concebir lo flagrante. Akane ¿Se fué? ¿Simplemente así? Frunciendo todo el rostro con frustración, se frotó el cuello intentando pensar. No podía ser que lo hubieran abandonado ¿Verdad?

Es decir, no había razón si ella le había dicho «Te amo» o quizá no estaba preparada para las consecuencias. Meditó. Si ese era el caso, a él ya no le importaba lo que tuviera para decir, sabía que perdió la batalla contra su corazón, que el tonto  prefería ser ignorante y feliz antes de dejarla ir de nuevo.

Se levantó buscando la ropa, tenía que salir a buscarla; justo cuando se estaba terminando de abrochar la camisa, Akane ingresó a la habitación con una charola de alimentos —Despertaste— sonrió acercándose. Aunque su mirada no se encontraba con la de Ranma, aún podía sentirse su felicidad. Era imposible ocultarlo. El azabache la observó como si fuera una especie de espejismo. Luego de deliberar quien sabe qué, se acercó aprisionandola entre sus brazos, suspirando con alivio —¿Ranma? ¿Ocurre algo?— se desconcertó la joven, él se negó a hablar. Estuvieron así un rato hasta que un gruñido provino de su estómago —Pensé que, podíamos desayunar juntos.

Apenado, el joven asintió. Tomando la charola se dirigió a la mesita ratona de a lado, depositando todo con calma. Organizó los platos para que estuvieran uno junto el otro —Gracias por la comida— sonrió sentándose y palmeando el sitio contiguo, invitándola.

Akane sonrió de vuelta aceptando la situación. Desayunaron en silencio, aunque el muchacho no se perdió de mimarla, dándole bocadillos él mismo. Sintiendo la nostalgia en todas sus acciones, como si volvieran al pasado. Se tensó.

Era mejor evitar esos recuerdos.

Cuando finalizaron, Akane estaba jugando con el popote de su jugo intentando poner sus pensamientos en palabras —Ranma. Con respecto a lo que dijiste ayer, sobre escucharme...

No terminó su oración cuando el teléfono celular del chico comenzó a vibrar sobre la mesa, ambos se miraron un poco para luego dejar al muchacho responder —Dime, Shampoo.

Saotome. Aunque sea el día libre, tendrás que venir para el cierre del evento. Así que apresurate a llegar holgazán— Y se terminó la comunicación.

Los dos se rieron para destensar el ambiente —Creo que debemos ir— Podría decirse que Ranma se estaba acobardando, tratando de huir de esa conversación. No quería volver a su palabra sobre oírla, pero quería alargar el tiempo feliz lo más que pudiera.

—De acuerdo— la chica simplemente asintió. De todas maneras era una de las principales razones de la clausura. Su retiro.

Caminando de dirigieron hasta el bar, los demás también venían de diferentes direcciones hasta el punto de reunión, donde Shampoo arreglaba el micrófono sobre su base, probando que el audio estuviera claro. Esperaron algunos minutos más antes de que ella finalmente pidiera silencio a los asistentes, luego de un discurso de palabras animadas finalizó su anuncio —Estimados compañeros. Muchísimas gracias por venir a otra celebración veraniega que Wonderful nos patrocina año con año, hoy estamos también celebrando una despedida, para nuestra increíble Wonder Woman, nos encantaría escuchar algunas palabras de despedida— dijo señalando a Akane, quien subía a las tarimas saludando con la mano.

Beso pendiente (Sensual verano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora